Me he cansado de ser humano, quiero ser un cíborg y ya tengo información para conseguirlo

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Hace unos años, el doctor David Eagleman abría una charla de TED asegurando que «estamos hechos de cosas muy pequeñas y estamos inmersos en un gran cosmos. Y lo cierto es que no somos demasiado buenos en entender este cosmos».

Podríamos decir que el ser humano está ciego y sordo (entre otros sentidos faltos) ante el universo, ya que vemos «menos de una diez billonésima parte de lo que existe», y oímos aún menos.

Espectro electromagnético y espectro visible

Espectro electromagnético visible. Fuente: Wikipedia

Pero es raro el humano que se siente ciego, sordo o sin sentido del olfato porque no podemos echar de menos aquello que no conocemos que existe. Aquello que queda fuera de nuestro umwelt.

El concepto de umwelt

Y es que resulta que estamos rodeados de un universo que nos es completamente ajeno porque no hemos nacido con los receptores apropiados para poder acceder a él.

El no oler a nuestro vecino desde nuestra casa no es un problema para nosotros porque nunca hemos olido a nadie a esta distancia (salvo afortunadamente olvidadas excepciones en el transporte público a primera hora de la mañana). Sin embargo, puede suponer un problema para un perro.

Salvo contadas excepciones, no percibimos que estemos faltos de nada porque el ser humano ha evolucionado para un umwelt. Es una palabra alemana que hace referencia a la realidad observable e interpretable, a aquella con la que podemos interactuar.

En su libro Hiperespacio, Michio Kaku usa un hipotético tigre tetradimensional para establecer por qué nos cuesta imaginar en cuatro dimensiones (algo fuera de nuestro umwelt). Si desde el principio de los tiempos hubiésemos sido atacados por estos tigres, el dibujo del siguiente hipercubo sería tan reconocido como el del cubo que todos tenemos interiorizado.

Hipercubo de Peter Foraski

Hipercubo, escultura de Peter Foraski

Y pocas personas sentirán no poder percibir el hipercubo en su esplendor, o imaginarlo. Pero ya existe quien lo desea.

Diseñar nuestro umwelt

Gracias a la tecnología moderna hemos sido capaces de imaginar otros sentidos, ponernos en el lugar de animales que los poseen, e incluso diseñar algunos que hasta ahora no tenían sentido en la naturaleza. La ponencia de Eagleman se llama, de hecho, «¿Podemos crear nuevos sentidos para los humanos?».

Aunque técnicamente no son sentidos, sí que hemos ampliado nuestro umwelt en estas últimas décadas. Ahora podemos pararnos en mitad de la ciudad y observar en una pantalla en nuestra mano la dirección en la que estamos mirando, nuestra posición con respecto a la urbe o, incluso, dónde se encuentran nuestros amigos.

Podemos percibir eso, aunque no llegue directo a nuestro cerebro. Nuestro cerebro se ha vuelto dependiente de los datos, al igual que es dependiente los datos que le llegan a través de los ojos. Poco a poco, hemos interiorizado el teléfono como parte de nosotros. Tanto, que nadie usa la expresión «el teléfono no tiene batería», sino «me he quedado sin batería».

En un momento en que podemos ampliar aquello que queremos percibir o saber, ha surgido un movimiento llamado posthumanismo que ya hizo su aparición en la ciencia ficción steampunk del siglo pasado. Y, a diferencia del steampunk, el transhumanismo ya no es ficción.

¿Qué es un cíborg?

En la serie de ciencia ficción Battlestar Galactica podemos escuchar a un personaje nacido humano expresar:

«Quiero oír los rayos X y […] oler la materia oscura. […] Alcanzar cosas con algo a parte de estas manos prensiles. […] Podría saber muchas más cosas, podría ser mucho más, ¡pero estoy atrapado en este cuerpo absurdo!»

Y algo parecido piensan los transhumanistas, que sienten el impulso de ampliar su cuerpo biológico gracias a la cibernética. O, dicho de otro modo, convertirse en un cíborg. Esto, que parece formar parte aún de un entorno puramente especulativo, es ya una realidad en cientos de personas de todo el mundo.

Formalmente hablando, cualquier persona que dependa en cierto modo de la cibernética adaptada a su cuerpo es un cíborg. Hablamos de personas con marcapasos, con ojos biónicos, con prótesis informatizadas o con dependencia de entornos computacionales como sillas robotizadas sobre las que se mueven. Todos ellos han ampliado, por necesidad, su cuerpo.

Pero el transhumanismo se centra en aquellas personas que, como el personaje de Galáctica o el doctor Eagleman, desean ampliar su umwelt (su percepción e interacción con el mundo) de manera voluntaria. Sin que medie una necesidad biológica insatisfecha. Es decir, creando nuevos sentidos.

Neil Harbisson en el Museo de Ciencias de Londres

Neil Harbisson en el Museo de Ciencias de Londres. Fuente: Wikipedia

Es ahora cuando hay que introducir, aunque sea conocido, a Neil Harbisson, la primera persona del mundo reconocida por un gobierno como cíborg. Harbisson nació con acromatopsia, una condición visual que le impide ver en color. En su lugar, ha visto desde su infancia en escala de grises.

Cómo convertirse en un cíborg

Neil no estaba de acuerdo con la condición con la que había nacido y, consciente de que otras personas podían ver el mundo de un modo diferente, basó su vida en aprender sobre cómo podría conseguirlo él. Tras muchos años de estudios y pruebas, se instaló en 2004 una antena implantada en su cráneo.

Gracias a esta antena es capaz de percibir mediante sonidos las frecuencias del espectro de luz, incluyendo aquellos que el resto de humanos tenemos vetados por nuestra biología. Pero Neil fue más allá. Conectando su antena a Internet, es capaz de oír colores de cualquier parte del mundo, e incluso recibir las llamadas directamente a su cráneo.

Los pasos de Neil han sido seguidos por pocas personas en el mundo, pero son personas muy visibles que tratan que el movimiento cíborg avance y se integre (nunca mejor dicho) con la humanidad. Neil, junto a la artista Moon Ribas, creó hace tiempo la Fundación cíborg para dar a conocer el movimiento transhumanista.

No obstante, pronto esta organización se quedó pequeña, y nació de ella y con más fuerza la Cyborg Nest (en inglés, nido cíborg). Su web arrancó la semana pasada con el objetivo de ayudar a los humanos a convertirse en cíborgs, y buscan candidatos. El año pasado, en una entrevista, Neil presentó las tres posibles ampliaciones con las que empezarían:

  • Retrovisión: dar la capacidad a los humanos para percibir aquellos objetos que tienen detrás. Esto funcionaría como lo hace el sensor de aparcamiento de un coche para conocer los objetos que hay detrás.
  • Sentido del norte: para poder saber en todo momento dónde está el norte magnético (o campos magnéticos fueres), al igual que lo hacen muchas aves para migrar.
  • Oreja infra sónica: que nos permita escuchar frecuencias por debajo de las que nos deja escuchar nuestra limitada biología humana.

Desde hace una semana ya podemos apuntarnos y pedir información sobre el sentido de la brújula: north sense. Con el eslogan sense your path (siente tu camino) están dando sus primeros pasos en la masificación cíborg. Quizá sean los próximos Henry Ford del movimiento transhumanista. ¿Te atreves a instalar software en tu cerebro para ganar un sentido extra?

Imagen de portada: Neil Harbisson. Fuente: Wikipedia

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