Los robots que van a cambiar la industria están dentro de un almacén moviendo cajas

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Surfear en una página web. Comprobar el catálogo de productos. Consultar aquellos que más se ajustan a lo que buscabas. Seleccionarlos y añadirlos al carrito de la compra. Continuar con el proceso de pedido. Recibirlos en casa entre uno y cinco días después. Es el día a día del comercio electrónico. Pero, ¿qué hay en la trastienda? ¿Cómo se gestionan todos esos productos y pedidos que, tanto tú como miles de personas, realizan cada día?

La revolución informática está en el almacén

Los almacenes están viviendo una verdadera revolución gracias a la informatización, automatización y robotización de sus tareas. Si antes el orden era mandatorio en cualquier almacén, ahora mismo son los robots los que se encargan de optimizar la zona y lugar de almacén conforme a parámetros muy diversos (nivel de rotación de los productos, huecos disponibles…).

Los gestores de almacén ya no deben guardar los productos siguiendo, por ejemplo, un estricto orden alfanumérico de los productos a guardar, porque la información relativa al stock, dónde está ubicado cada producto dentro del almacén y su relación con los pedidos entrantes está informatizada. La tecnología se encarga de gestionar de forma automática la cantidad de productos disponibles, cuáles necesitamos reponer y cuáles hay que preparar para el envío al cliente.

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Y no sólo eso, son las propias máquinas, los propios robots, los que recorren de manera automática y autómata los pasillos, suben por los estantes y recogen los productos para cada pedido, de manera más rápida, automática y limpia que de manera manual.

Los robots destruyen y crean empleo

Sin embargo, los robots no son perfectos. Como cada vez que se habla de la introducción de nuevas herramientas, especialmente tecnológicas, surgen dudas sobre si están en peligro determinados puestos de trabajo.

Hay estudios recientes, como “The Future of Jobs, 2025: Working Side-By-Side with Robots”, que se han centrado la industria de los robots en su acepción más amplia, no solo la de aquellos que se utilizan en almacenes, y que concluyen que, aunque es cierto que las tecnologías de automatización sustituirán a los humanos en un 16% de los empleos, también conllevarán, como consecuencia de su uso, la creación de un 9% de nuevos trabajos.

Meet Amazon’s New Robot Army Shipping Out Your ProductsMeet Amazon’s New Robot Army Shipping Out Your Products

Además, estos robots aún no son capaces de reconocer productos: solo pueden leer códigos y, con ellos, saber dónde está cada producto. Por eso, el reto es que estos robots puedan llegar algún día a tener tecnologías de visión y de aprendizaje, de manera que sean capaces de recoger artículos uno a uno y empaquetarlos.

Para lograr esto último, Amazon llevó a cabo esta primavera una competición en Estados Unidos, con 30 equipos de todo el mundo, para desarrollar tecnologías que permitieran a estos robots reconocer un determinado tipo de galleta o de leche para incluirlo en la cesta de la compra como si fuera un humano. La portavoz de Amazon, Kelly Cheeseman, aseguraba en esa misma competición que la compañía tiene más de 15.000 robots trabajando junto a los empleados. “Estas tecnologías mejoran los puestos de trabajo de los empleados, haciéndolos en muchos casos más eficientes. El papel de los empleados sigue siendo vital“.

Informatización de principio a fin

Desde el momento en que se produce el pago al pedido, el sistema se pone en marcha. Esta hoja de pedido entra en el sistema informático del almacén, que ordena a los robots recoger las diferentes mercancías solicitadas.

El ejemplo más ilustrativo es el de Amazon, quien otorga tanta importancia a estos sistemas que decidió comprar la empresa que le diseñaba los robots, Kiva Systems.

Además de su rapidez (se calcula que van a 5,5 kilómetros por hora, o 1,5 metros por segundo), es prácticamente imposible que estos robots se equivoquen. El único problema que puede haber es si se produce un fallo en el sistema o una interrupción, por ejemplo, del suministro eléctrico.

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Según los cálculos de Amazon, los centros que trabajan con estos robots son capaces de almacenar hasta un 50 por ciento más de inventario, dado que el tiempo de procesamiento pasa de horas a minutos, lo que permite vender más rápido a los clientes. Además, muchos de estos sistemas incluyen nuevos sistemas de visión que permite la descarga y recepción de todo un tráiler de inventario en tan sólo 30 minutos, en lugar de tener que dedicar varias horas.

Para todo tipo de problemas

Pero los robots de los almacenes no se limitan a los que vemos en grandes naves industriales cercanas a grandes ciudades. También hay robots especialmente desarrollados para almacenes con falta de espacio o donde existan problemas de movimiento, manipulación y clasificación de productos.

Muchos de estos almacenes automáticos están diseñados a medida del cliente. Por ejemplo, los robots de farmacias. Su rebotica es muy pequeña en comparación con los almacenes industriales, pero deben gestionar infinidad de productos, muchos de ellos delicados o con fechas de caducidad que han de tenerse en cuenta a la hora de dispensarlos y guardarlos.

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Los robots que revitalizan industrias “pasadas”

Estos robots han sido de gran ayuda para revitalizar industrias que se consideraban casi moribundas. Es el caso de los libros en papel. En un momento en el que muchos daban por herido de muerte al libro físico, Penguin Random House decidió en 2011 ofrecer a las librerías un plazo de entrega de sus títulos de dos días entre los meses de noviembre a enero, los meses más importantes en la compra de libros. Otras editoriales decidieron seguir su ejemplo. ¿El resultado? Las entregas más rápidas han permitido a las librerías realizar pedidos iniciales más pequeños y reponer cuando es necesario, lo que ha reducido la devolución de los libros no vendidos en un 10 por ciento.

Penguin Random House también ha desarrollado un enfoque basado en datos para la gestión de inventario para algunos de sus clientes más importantes, a imagen y semejanza de lo que fabricantes como Procter & Gamble utilizan para abastecer automáticamente artículos de uso doméstico. La compañía ahora rastrea más de 10 millones de ventas registradas al día y hace recomendaciones sobre el número de copias de un determinado título que una librería debería pedir en función de las ventas anteriores.

La logística como punto clave para diferenciarse de la competencia

El caso de la industria textil es perfecto para ver el beneficio de la logística como plus para diferenciarse de la competencia. Un buen ejemplo de ello es Zara, quien, para mantener unos costes bajos, optimiza y automatiza sus operaciones logísticas. En su centro logístico central, en Zaragoza, existen diversos robots que manejan la mayoría de las tareas. 

El sistema de Inditex está preparado para que todas las tiendas del grupo en todo el mundo tengan una renovación constante de sus colecciones. Desde España, cualquier tienda europea tiene garantizado su abastecimiento en un máximo de 36 horas, mientras que en el resto del mundo se trabaja con un margen de 48 horas.

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En este centro logístico trabajan cerca de 800 personas en múltiples turnos de trabajo, conviviendo con robots, transportadores, códigos de barras y escáneres. Los trabajadores supervisan las máquinas y se encargan de revisar las tareas como embalaje y ciclo de carga, con el fin de confirmar que cada tienda recibe la ropa que ha pedido.

¿Quienes fabrican estos robots?

Son varios los fabricantes de este tipo de soluciones para la automatización de los almacenes. Como hemos dicho anteriormente, Amazon compró uno de ellos, Kiva Systems, para integrarlos dentro de sus centros logísticos.

Este sistema se basa en la colaboración máquina-humano: los robots recogen de las estanterías los productos y los llevan a un empleado que toma los artículos y los empaqueta en cajas individuales para su envío. Los robots de Kiva evitan chocarse gracias al uso de sensores. Amazon también utiliza un algoritmo para determinar cuáles son los artículos más populares y situarlos más cerca.

Muy parecido a Kiva están los sistemas de origen suizo CarryPick de Swisslog, que también emplean guías automatizadas, son escalables y pueden adaptarse rápidamente a las necesidades del cliente. El CarryPick cuenta con cuatro pinzas para levantar y mover los estantes y emplea los código de barras en el suelo y las líneas blancas para guiarse.

Otro fabricante de este tipo de robots es Fetech Robotics. Este sistema se compone de una base móvil (conocida como carga o Freight) y un manipulador móvil avanzado (denominado Fetch). Ambas pueden encontrar y utilizar de manera autónoma una base de carga para llevar a cabo sus operaciones. Los robots están diseñados para trabajar de forma autónoma junto con los trabajadores y realizar tareas repetitivas.

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