Los códigos QR se han convertido en un recurso imprescindible para muchos usuarios durante los últimos años. Pese a que su funcionamiento está más que demostrado, lo que todavía no queda claro es cómo consiguen seguir funcionando, incluso cuando están dañados. Te lo contamos.
Pese a que los códigos QR no son nuevos, la realidad es que no ha sido hasta hace unos pocos años cuando han convencido al público general de su utilidad. Actualmente, muchos de nosotros estamos más que acostumbrados a interactuar con ellos para realizar todo tipo de tareas: desde descargar una aplicación hasta conectarnos directamente a una red WiFi, pasando por desbloquear alguna bicicleta pública o llevar a cabo cualquier otra acción de carácter similar.
Al contrario de lo que ocurre con muchos otros instrumentos de funcionamiento similar, una de las dudas que nos dejan los códigos QR es que nadie entiende cómo es posible que puedan leerse incluso cuando están dañados. Te damos la respuesta en este artículo.
La corrección de errores integrada, la clave
Una tecnología que nadie conoce de los códigos QR, pero que es esencial para entender su funcionamiento, es la corrección de errores integrada con la que cuentan. Gracias a un sistema basado en el algoritmo Reed-Solomon, la tecnología permite que el código QR pueda ser leído por un teléfono móvil, o cualquier otro objeto similar, incluso cuando el propio código está sucio o muestra algún desperfecto. Lo que los convierte en uno de los mejores métodos de autenticación para usar en el día a día, gracias al buen rendimiento y estabilidad que presenta.
La clave la encontramos en que la información que almacena un código QR no se almacena únicamente una vez en dicho código, sino que se replica varias veces a lo largo de todo el dibujo que escaneamos. Esto hace que no siempre sea necesario escanear todo el código QR, sino que una parte del mismo es más que suficiente para que podamos acceder a la página en cuestión, ofreciéndonos una excelente versatilidad.
El sistema que hemos mencionado previamente no es nuevo, de hecho, lleva años funcionando en otros soportes físicos multimedia, como son los CD o las memorias flash. Y su principal virtud es que permiten recuperar la información que con cualquier otro formato hubiera sido imposible de alcanzar.
Diseños personalizados al servicio del usuario
La misma tecnología a la que ya hemos hecho mención también es la responsable de que los códigos QR puedan ser personalizados hasta un cierto límite. El creador del código puede llegar a sacrificar parte de la superficie gracias a la flexibilidad que proporciona la corrección de errores que integra, que no requieren de que el código sea funcional en su totalidad.
El sistema de corrección de errores ayuda a que ciertos huecos del código puedan tener formas y colores diferentes que proporcionen un aspecto mucho más personalizado y adaptado a la empresa en cuestión que lo va a utilizar.
Si añadimos todo lo anterior a la mejora que las cámaras de los smartphones han recorrido, capaces de leer el código en todo tipo de situaciones, incluso cuando no hay luz, tenemos la respuesta al por qué de que se trate de uno de los métodos más efectivos que vamos a poder encontrar.
