Estamos en un momento en el que nos hemos olvidado prácticamente de las conexiones físicas entre los diferentes dispositivos que utilizamos a diario. Incluso los que tienen una conexión muy cercana han pasado un segundo plano, como puede ser en el caso de las tarjetas de crédito. El problema es que hay otros dispositivos compatibles con las señales que emiten que pueden copiarlas para usarse en su propio beneficio y por eso es importante saber cómo proteger tus dispositivos de un ataque a distancia.
Por desgracia y aparatos que cada vez son más comunes y otros que llevan años utilizándose de tal forma de que se pueden beneficiar de estos sistemas si no están debidamente controlados y asegurados.
Que pasa si tienes el NFC o las tarjetas activadas en tu teléfono
La tecnología inalámbrica ha supuesto un paso muy importante para hacer que las conexiones entre diferentes dispositivos se haga de una manera más cómoda y rápida. Podemos poner ejemplos que han aparecido a lo largo de los años como pueden ser la tecnología WiFi o incluso el Bluetooth aunque una de las más importantes de los últimos años ha sido el NFC.
Esta última ha permitido que muchos aparatos y otros que no son estrictamente tecnológicos tengan la capacidad de conectarse y realizar operaciones importantes con otros aparatos como pueden ser pagos bancarios e incluso abrir puertas de domicilios y coches, razones más que importantes para tener mucho cuidado con los ataques a distancia.
Y es que hay gente que se aprovecha de estos fallos de seguridad ya que en ocasiones las señales de estos objetos conectan directamente con los de un malhechor para utilizarlos cuando quieran. Un ejemplo claro es si alguien logra con un datáfono conectarlo con una tarjeta que tienes en tu cartera o bolso aunque a día de hoy ya hay dispositivos capaces de clonar las diferentes señales de un aparato para usarse con otros sin que lo sepas.
Como protegerse de un ataque a distancia
Puede que muchos piensen que ante estos elementos tecnológicos hay poco que hacer pero nada está más lejos de la realidad. Por suerte existen diferentes prácticas que puede llevar a cabo para evitarlo en el caso de que alguna vez intenten copiar tus tarjetas a distancia.
La primera medida de seguridad que debes de tener es estar vigilante ya que los agresores tienen que manipular los diferentes dispositivos para que funcionen y obtengan los datos que necesitan para usarlos cuando quieran sin que tú te des cuenta.
Otro de los puntos importantes que debes de tener en cuenta es que hay elementos que pueden ayudarte a evitar que las señales pasivas de tus objetos acaben siendo copiadas de manera irrefrenable. Hace unos años se pusieron de moda las llamadas carteras metálicas en las cuales estaban pensadas para que los usuarios introdujeran en ellas tarjetas sanitarias, DNIs electrónicos y sobre todo tarjetas bancarias que son las que más buscan este tipo de atacantes. Como no puedes activar o desactivar a tu antojo estos elementos ya que no disponen de un botón de encender y apagado físico, lo mejor que puedes hacer es ocultarlos dentro de un lugar en el que ni reciban otras señales compatibles ni ellos las emitan. En este caso la cartera hace de caja de Faraday y evita estas conexiones.
El tercer y último consejo tiene que ver directamente con algo que es muy sencillo de hacer sobre todo en teléfonos móviles: apagar el NFC. Sí es así de sencillo ya que un teléfono compatible con esta tecnología no emitirá ni recibirá ningún tipo de señal compatible con los elementos que tenga guardados en una cartera digital si esta función está apagada. Al fin y al cabo funciona del mismo modo como otros elementos como pueden ser el WiFi o el Bluetooth, por lo que puedes almacenar todo tipo de información sensible sin miedo a que esta sea copiada siempre y cuando tú tengas el control de cuándo los vas a utilizar y cómo.
Por supuesto, en el caso de las tarjetas bancarias, las aplicaciones del banco también son importantes cuando tienes que usarlas, ya que disponen de características con las que es posible apagar y encender estas tarjetas cuando tú lo necesites. Probablemente, este sea el paso más seguro de todos aunque también el más tedioso cuando te toque ir a pagar con el móvil.