Los rápidos avances en inteligencia artificial (IA), ya hablemos de ChatGPT de OpenAI, de Firefly de Adobe o de otras herramientas, están complicando los esfuerzos de los gobiernos para acordar leyes que rigen el uso de esta tecnología. De hecho, son muchos los mandatarios que ya se han pronunciado al respecto, dejando claro que hay un cierto miedo a este boom.
Es cierto que a día de hoy la mayoría de usuarios hacen uso de la IA a nivel de entretenimiento más que otra cosa, probando a generar textos aleatorios, mantener conversaciones con un robot o generar imágenes de todo tipo, pero la realidad es que todo hemos escuchado historias preocupantes sobre la tecnología que inventa supuestos hechos (es decir, fake news) y haciendo sugerencias inapropiadas a los usuarios, como cuando una versión impulsada por IA de Bing le dijo a un reportero del New York Times que tomara decisiones poco apropiadas.
También existe el miedo a la desaparición de millones de puestos de trabajo y a que la IA se vuelva extremadamente inteligente, con películas como Terminator en el ideario común. Precisamente, esta sería la mayor área de preocupación para los gobiernos, que los programas de IA generativa funcionan, básicamente, mediante el autoaprendizaje, demostrando una potencial capacidad de conocimiento a medida que consumen. Algo que ni sus creadores saben exactamente como sucede.
¿Qué están haciendo los gobiernos?
Con estas perspectivas de presente y futuro, estos son los pasos que están tomando los órganos de gobierno nacionales e internacionales para regular las herramientas de IA:
España
La Agencia de Protección de Datos española dijo en abril que estaba lanzando una investigación preliminar sobre posibles violaciones de datos por parte de ChatGPT. También ha pedido al organismo de control de la privacidad de la UE que evalúe las preocupaciones de privacidad en torno a esta herramienta generativa de texto.
Unión Europea
La intención del organismo europeo es que los desarrolladores de estas IA adopten un código de conducta voluntario dentro de los próximos meses para proporcionar salvaguardias mientras se desarrollan nuevas leyes. Así lo aseguraba la jefa de tecnología de la UE, Margrethe Vestager, el 31 de mayo.
Además, los principales legisladores de la UE acordaron el 11 de mayo un proyecto de normas más estricto para frenar la IA generativa y propusieron una prohibición de la vigilancia facial. El Parlamento Europeo votará sobre el proyecto de la Ley de IA de la UE en junio.
Estados Unidos
El jefe de la Comisión Federal de Comercio de EE. UU. dijo el 3 de mayo que la agencia se compromete a usar las leyes existentes para mantener bajo control algunos de los peligros de la IA, como la mejora del poder de las empresas dominantes.
El senador Michael Bennet presentó un proyecto de ley en abril que crearía un grupo de trabajo para revisar las políticas de EE. UU. sobre IA e identificar la mejor manera de reducir las amenazas a la privacidad, las libertades civiles y otras cuestiones como las descritas anteriormente.
China
El regulador del ciberespacio de China dio a conocer en abril un proyecto de medidas para gestionar los servicios de IA generativa, diciendo que quería que las empresas presentaran evaluaciones de seguridad a las autoridades antes de lanzar sus herramientas al público.
Gran Bretaña
La Autoridad de Conducta Financiera, uno de los muchos reguladores estatales que se ha encargado de elaborar nuevas directrices que cubran la IA, está consultando con el Instituto Alan Turing y otras instituciones legales y académicas para mejorar su comprensión de la tecnología. El pasado 4 de mayo afirmó que comenzaría a examinar el impacto de la IA en los consumidores, las empresas y la economía, y si se necesitaban nuevos controles.
Cómo puede verse, y como sucede con la mayoría de las regulaciones que tienen que ver con la tecnología, rara vez hay un enfoque único para todos, con diferentes gobiernos que buscan regular la IA generativa de la manera que mejor se adapte a su propio panorama político.
