Si hay una cosa que realmente molesta cuando estás jugando es que los controles juegan en tu contra. Lo peor de todo es que no se trata de un error de programación sino que en muchas ocasiones son los propios desarrolladores los que quieren poner trabas a los jugadores para que de verdad muestren que son capaces de dominar el título. Por eso hoy queremos rendir homenaje a todos esos juegos que son realmente difíciles de controlar.
Cuando hablamos de juegos difíciles de controlar lo hacemos de todos esos títulos en los que la precisión juega un papel muy importante y equivocarte en la combinación de botones supone una diferencia abismal a la hora de continuar jugando según lo que tenías planeado.
Es por esto que debes ser capaz no solamente de dominar cada movimiento sino también de hacerlo de manera precisa para lograr un objetivo.
I’m bread
Para muchos será una estupidez desarrollar un juego en el que el protagonista sea una rebanada de pan pero lo cierto es que a muchos les ha traído de cabeza. Se trata de un juego de habilidad muy original cuyo objetivo es el de ser una rebanada de pan y desplazarte por tu cuenta por un escenario hasta llegar al lugar en el que te vas a convertir en tostada.

Dicho así parece un juego infantil y que poco tiene que aportar al jugador que busca un reto, pero cuando te digamos que cada vértice de la rebanada se mueve con un botón distinto la cosa se complica. Lo peor de todo es que los entornos son realmente grandes y con los pequeños que eres te las tendrás que ingeniar para llegar no solamente a tu punto de destino, sino de hacerlo de la forma más limpia posible, algo que es todo un reto.
Octodad
Y si hablamos de juegos con poco sentido probablemente que tu padre sea un pulpo no es que se trate de algo realista. Octodad es un juego de habilidad en el que tendrás que realizar diferentes misiones que te ofrece un entorno moviendo cada tentáculo pulsando un botón.

Si el anterior ya te parecía difícil imagínate si tuvieras que hacerlo teniendo en cuenta el movimiento del tentáculo, la acción de agarre y luego tener que desplazarte correctamente para conseguir tus objetivos. El resultado es un juego divertido a la vez que desesperante, pero cuando le coges el truco se convierte en un título todavía más divertido.
Jump King
Los que hayan jugado a este juego sabrán que no destaca porque sea muy difícil en lo que acciones se refiere, pero sí que es uno de esos juegos difíciles de controlar. Y qué tiene de malo un juego en el que solamente tienes que saltar, lo cierto es que mucho sobre todo si las plataformas son difíciles de enfrentar.

Jump King es un juego en el que su dificultad no sólo radica en la precisión de los altos, sino también en que la interfaz es tan sumamente simple y que no tendrás una forma de saber lo lejos que saltarás. Cuanto más presiones el botón de salto más lejos saltarás, pero eso supondrá hacerlo casi en línea recta. Y eso sin tener en cuenta que cada vez que subas de nivel los altos serán más y más complicados, por lo que ten por seguro que te caerás más de mil veces como poco.
QWOP
Probablemente, este juego haya quedado en el olvido a menos que seas de los que en los 2000 buscaba minijuegos gratuitos con los que pasar el rato sin una pretensión clara de matar el tiempo. Lo que puede que no estuviera en tus planes era la situación en la que te ponía QWOP, un juego en el que con solo cuatro teclas te podías desesperar por lo duro que era.

La premisa siempre es sencilla: hacer que el corredor avance todo lo posible sin que se caiga. Pero claro, cada tecla del ordenador que eran las que controlaban una parte de la pierna y tener una buena coordinación era esencial. Cuando la velocidad aumentaba podías estar seguro de que no te quedaba más remedio que dejar de pulsar las teclas a menos que buscases tener una tendinitis.