Los grupos del crimen ciberorganizado están cada vez mejor preparados para detectar cualquier posibilidad que tienen que les permita cumplir con su objetivo. Una de las últimas estafas se le conoce como el timo de la recuperación de contraseña de Gmail. Te contamos de qué se trata y cómo podemos protegernos.
Durante los últimos meses, hemos tenido que acostumbrarnos a prestar un extra de atención a cualquier actividad que realizamos por internet con el objetivo de evitar ser estafados por alguna de las diferentes bandas que operan a nivel internacional. A medida que muchos de nosotros utilizamos internet para realizar un mayor número de actividades en nuestro día a día, estas bandas tratan de buscar cualquier oportunidad de robar nuestros datos o nuestro dinero.
En algunos casos, las estafas están tan bien articuladas que resulta especialmente complejo identificar cuándo se trata de un timo o cuándo estamos interactuando con la empresa en cuestión. Y esto es precisamente lo que ha ocurrido con Gmail, el último servicio que ha sido suplantado por este tipo de organizaciones criminales. Te contamos cómo funciona y cómo debemos protegernos.
Cómo funciona la estafa de Gmail
Todo comienza con un mail que llega a nuestra bandeja de entrada y que tiene la misma apariencia que cualquier otra notificación de Gmail. Al menos, aparentemente. Puesto que si entramos un poco más al detalle, nos damos cuenta como el remitente no tiene una dirección oficial de Gmail, aunque está bien escondida para que no podamos identificarla de una forma sencilla.
Una vez recibamos esta comunicación, el siguiente paso es que alguien nos llame con un número extranjero. La persona, que en realidad es una voz grabada con Inteligencia Artificial, que se encuentra al otro lado del teléfono, informará que ha detectado alguna operación sospechosa y que quiere confirmar que, efectivamente, la hemos realizado nosotros. De este modo, trata de ganarse nuestra confianza, cuando realmente está haciendo lo contrario. A partir de ahí, tratarán de que pulsemos en alguno de los diferentes links para hacerse con nuestras credenciales.
Qué hacer si eres víctima de esta estafa
Lo más importante de todo es interiorizar la necesidad de estar alerta ante cualquier señal que pueda sembrar la duda de si se trata de una acción real o de si estamos ante alguna campaña de phishing. Si recibimos un correo electrónico por parte de Google, pero no hemos realizado ninguna actividad sospechosa, no tenemos que pulsar sobre ninguno de los enlaces que aparecen en el correo electrónico. Probablemente, si observamos con detenimiento el remitente, nos daremos cuenta de que, efectivamente, no se trata de Google, sino de alguna banda que está tratando de hacerse pasar por Google.
En el caso de que la estafa llegue al segundo paso y alguien se comunique con nosotros a través del teléfono, evita descolgar la llamada. Más aún si viene desde un número extranjero. Si tenemos en cuenta la gran cantidad de usuarios que tiene Google a lo largo de todo el mundo, resulta poco probable que tengan un departamento para llamar individualmente a cada uno de ellos. Por lo que no es recomendable que cojamos dicha llamada.
En el caso de que, finalmente, pulsemos sobre algún enlace por error, debemos cambiar las contraseñas de usuario desde el primer momento para evitar males mayores. Además de bloquear nuestras tarjetas bancarias o cualquier otro tipo de información que hayamos podido proporcionar por error.
