En el seno de la Unión Europea tienen claro que el camino que hay que seguir pasa por aceptar las nueva tecnologías en todos los sentidos. Modernizar las estructuras con mejores sistemas tanto de software como de hardware es realmente importante y uno de los puntos clave tiene que ver con la entrada y salida de viajeros en sus fronteras. Sin embargo, este nuevo sistema que tiene pensado instaurar tiene que ver directamente con el uso de la identificación biométrica y todo apunta a que todavía hay cosas que pulir.
Y es que este nuevo sistema que pretende recoger los datos de los viajeros de larga duración no solo está funcionando, sino que para desgracia de los usuarios no ha funcionado como se esperaba en sus primeros días.
Un estreno fatídico para el nuevo EES
Hace unas semanas que tuvimos hablando de la integración de una nueva sistema de viajeros de larga duración a modo de registro en la Unión Europea para saber quienes traspasaban su frontera. Este nuevo sistema tiene la intención de ofrecer más transparencia para los diferentes gobiernos así como establecer un registro de toda la gente extrajera que se queda en Europa durante una temporada larga, pero el problema no tiene que ver con el ser humano, sino con los medios utilizados para ello.
Y es que el Aeropuerto Vaclav Havel asentado en Praga ha sido el elegido donde empezar unas pruebas el pasado 12 de octubre y parece que todo ha resultado ser un caos. Durante este primer día, la sección de inmigración del aeropuerto se convirtió en un caos generando colas de hasta 90 minutos en el que, una vez más, el ser humano tuvo que ponerse al frente para arreglar el problema tecnológico.
Y decimos esto porque según las declaraciones que The Register recoge del experto en relaciones laborales de la consultora de recursos humanos Hamilton Nash, Jim Moore, el aeropuerto tuvo que poner a sus funcionarios a trabajar de manera manual en este nuevo registro para recoger los datos de todos los usuarios extranjeros que entraban. El problema tuvo lugar en el propio sistema de terminales de autoservicio EES, los cuales se encargaban de recopilar los datos biométricos de los viajeros antes del control de pasaportes.
Un sistema que poco a poco se instaurará en otros aeropuertos
Una de las cosas que deberán conocer todos los usuarios que viajen a Europa es que próximamente les tocará enfrentarse a estos terminales. Tal vez no sea lo más cómodo para ellos, pero sí que resultará una medida necesaria para retener información que identifique a esos viajeros durante un tiempo. Esto será para los mayores de 12 años, quienes deberán poner sus huellas dactilares y sus datos faciales para ser reconocidos.
Es importante destacar que este sistema mantendrá una vigencia de tres años desde la primera vez que el viajero se registra.
Poco a poco este sistema se expandirá a otros aeropuertos europeos, pero puede que no sea la única cosa que cambie en el futuro para quienes visiten los diferentes países del espacio Schengen, ya que a finales del año que viene se espera la instauración de un sistema de tasas conocido como Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes (ETIAS) que traerá un coste de 20 euros.
