Todos hemos dado por hecho que, uno de los grandes riesgos de la explosión de la IA, es perder nuestros empleos. Pero no solo los que tienen empleos cualificados ven como su vida puede dar un vuelvo, sin olerlo ni beberlo. Todos y cada uno de nosotros estamos expuestos al ataque de un virus o malware crear por la IA. Y no lo decimos nosotros, lo dice el FBI.
El FBI ha expresado su preocupación por los piratas informáticos que utilizan herramientas de inteligencia artificial (IA) generativa para crear rápidamente código malicioso y llevar a cabo multitud de actividades ilegales. La agencia ha señalado que los chatbots de IA, como ChatGPT, han facilitado varias actividades ilícitas, pese a que su funcionamiento este programado para lo contrario. No obstante, es bastante sencillo saltarse estas limitaciones entendiendo como funcionan estos chatbots.
Al igual que miles de empresas han incorporado la IA a sus sistemas, los hackers, o, mejor dicho, ciberdelincuentes, han estado incorporando la Inteligencia Artificial en sus operaciones criminales, utilizando generadores de voz de IA para hacerse pasar por personas de confianza, engañar a sus seres queridos y defraudar a un sinfín de víctimas. Pero este solo es el primer paso de algo peor que, según el organismo gubernamental estadounidense, estaría por llegar.
Malware, made in ChatGPT
En febrero de 2023, la firma de seguridad Checkpoint descubrió que algunos atacantes habían modificado la interfaz de programación de aplicaciones (API) de un chatbot, lo que le permitió generar código de malware, poniendo así la creación de virus al alcance de los posibles piratas informáticos. Ahora, según el organismo gubernamental, el número de personas que utilizan la tecnología de IA como parte de los ataques de phishing o el desarrollo de malware ha ido en aumento a un ritmo alarmante, y el impacto de sus operaciones no hace más que ir en aumento.
Pero no solo se valen de ChatGPT. El mundo de la IA de código abierto es inmenso y, al mismo tiempo, el foco de los organismos encargados de hacer cumplir la ley. Ese es el mundo donde puedes sacar un modelo basado en IA de tu elección y entrenarlo para ajustarlo a tus necesidades específicas, ya sean dar soluciones a problemas matemáticos, o crear código malicioso. Con estas herramientas, el atacante puede automatizar fácilmente la creación de una web trampa, una cadena de respuestas de correo electrónico y casi todo el trabajo involucrado en el proceso de suplantar la identidad de alguien.
Si bien el FBI expresa su preocupación por las implicaciones de seguridad de los chatbots de IA, algunos expertos cibernéticos tienen una opinión diferente. Argumentan que la amenaza de los chatbots de IA ha sido exagerada y que los piratas informáticos suelen encontrar exploits de código más efectivos a través de las filtraciones de datos tradicionales y la investigación de código abierto que usando a la Inteligencia Artificial. Es decir, que los humanos somos más tontos que estas herramientas.
Eso sí, nadie dice que esto cambie mil veces de aquí a un futuro cercano y que la batalla contra el malware impulsado por chatbots puede llegar a ser cada vez más difícil.
