¿Había algo real en las Power Balance?

¿Tuviste alguna?

A lo largo de los años hemos visto cómo diferentes mejoras en el mundo de la salud han valido para poner de manifiesto ciertas necesidades en la población. Probablemente, estemos viviendo uno de esos cambios en los últimos años con la presencia cada vez más importante de los suplementos vitamínicos y proteicos para mejorar el rendimiento en los ejercicios que se realizan. Pero allá por la primera década de los 2.000 hubo un elemento que llamó la atención hasta de los deportistas de élite: las famosas Power Balance.

Esta pulsera de aspecto plástico no podría suponer para muchos una diferencia real entre lo que prometía a la hora de mejorar las capacidades de un atleta. A día de hoy hay personas que las siguen llevando, pero no son pocos los escépticos que se preguntan si se trata de un aparato realmente útil.

La fiebre de las pulseras energéticas

Puede que todavía te encuentres con alguien por la calle con este tipo de pulseras en alguna de las muñecas y te preguntes qué es lo que llevan en vez de un reloj inteligente. Lo cierto es que es una buena pregunta, pero sin entrar en un mucho juicio previo, las Power Balance son unas pulseras que obtuvieron su pico de popularidad allá por el 2009, año de su salida y que prometían ser el elemento de moda para sentirte bien.

Para muchos toda la promesa de tener un objeto en tu mano que te hiciera sentir mejor podría ser poco más que una mentira, pero entonces ganó mucha influencia. Para los que no la conocen, se trataba de una pulsera hecha de un plástico o silicona y que tenía un holograma que era lo que hacía todo el trabajo. Era una especie de medalla holográfica que, según decían los fabricantes, tenía la capacidad de mejorar el campo energético del cuerpo. Esto sonaba muy bien, pero aún mejor era eso de hacerte sentir mucho a nivel energético e incluso quitarte algunos dolores y mejorar tu fuerza y flexibilidad.

A nivel de salud podría ser el sustituto perfecto para el medicamento genérico de turno, pero lo curioso es que se contaba con el apoyo de algunos deportistas que no dudaron en poner a prueba sus propiedades, por no hablar de que si los deportistas lo usaban los famosos también. Y el dominó seguía hasta llegar a toda la población mundial que, por curioso que parezca, llegaron a ser muy accesibles con otros nombres.

Pero ¿era real la propuesta?

Pues bien aquí está la pregunta que muchos tenían en mente tanto en aquella época como al ver a todos esos ‘despistados’ que la siguen llevando en sus manos. Lo cierto es que pese  la gran propuesta que tenía la compañía a nivel de salud, la Power Balance solo se quedaba en nada menos que una simple pulsera que podrías llevar cuando hacías deporte y que quedaba algo molona por el holograma que tenía en su interior. El caso es que muchas autoridades sanitarias se dedicaron a estudiar el accesorio, concluyendo de manera categórica que sus beneficios no eran tales.

Pero la cosa no acabó aquí, ya que cualquiera podría pensar que todo quedaba en que se reducía el precio y cualquiera podría llevarla, con un tirón de orejas a la compañía que las distribuía en el que tenían que afirmar que sus productos no se apoyaban en ninguna base científica para demostrar que tenían beneficios para el cuerpo. En pleno 2011 la compañía con el mismo nombre que la pulsera tuvo que pagar una condena de 57 millones de dólares en concepto de estafa.

A día de hoy todavía se sigue vendiendo, pero eso no quiere decir que la compañía siga funcionando. En aquel año se declaró en bancarrota por semejante castigo, lo que obligó a los fundadores a vender la empresa por unos ocho millones de dólares, motivo por el que es otro propietario el que continúa vendiéndolas.

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