A nivel científico, hay 3 grandes preguntas que se hace el ser humano: ¿Hay vida después de la muerte? ¿Estamos solos en el universo? ¿Podemos frenar el envejecimiento de cuerpo y mente? Mientras que para las dos primeras parece que vamos a tener que esperar mucho tiempo para encontrar una respuesta, para la última, comenzamos a ver la luz.
Como los humanos somos criaturas de vida, aparentemente larga (al menos en relación con, por ejemplo, los ratones de laboratorio, los perros, los gatos y otros seres vivos), la información más aplicable a la que recurren numerosos científicos es la que se extrae de la observación directa del Homo sapiens. Esto, junto con los avances en inteligencia artificial y el aprendizaje automático, ha ayudado a los científicos a comprender la mecánica del envejecimiento y cómo funciona en el cuerpo humano.
Un estudio publicado a finales del año pasado aprovechó estas nuevas herramientas tecnológicas para investigar si es posible revertir el envejecimiento en los seres humanos, analizando un componente clave del envejecimiento llamado “resiliencia”.
En este sentido, Peter Fedichev, académico de investigación sobre longevidad y director ejecutivo de Geno, una empresa emergente con la misión de estudiar el envejecimiento, afirmó que, una vez que se pierde la resiliencia... solo quedan unos pocos años de vida:
Según nuestras mediciones, la cantidad de personas que muestran pérdida de resiliencia aumenta exponencialmente en la población y se duplica cada ocho años, exactamente a la misma velocidad con la que se duplica la tasa de mortalidad.
Aunque el artículo indica que tal proceso podría detenerse, en teoría, se concluye que revertir la edad de un humano es biológicamente imposible. Es cierto que existen estudios que han demostrado la reversión del envejecimiento en ratones con la esperanza de que tal técnica pudiera ser aplicable a las células humanas, pero Fedichev sostiene que los humanos son, literal y figurativamente, un animal diferente.
Nada de revertir, pero si ralentizar
Aunque esto parezca un duro golpe para cualquiera que desee revivir sus 20 años, los científicos siguen trabajando en diversas formas de, si no revertir el envejecimiento, al menos frenarlo, y algunos de los consejos que se suelen dar, los conocemos todos.
Por ejemplo, dejar de fumar es fundamental, ya que el tabaco está relacionado con múltiples enfermedades, mientras que el consumo moderado de alcohol (una copa de vino al día para mujeres y dos para hombres) puede ser beneficioso. Dormir bien también es esencial para la reparación celular y el descanso mental. Comer menos, y mejor, potenciando una dieta de restricción calórica, también es una forma de alcanzar una vida más larga.
Contar con un médico especializado en geriatría o antienvejecimiento es bastante práctico para llevar un control que nos ayude a reducir las grasas saturadas y aumentar el consumo de omega-3, algo que ya se ha demostrado que evita el daño celular.
Y si te preguntas si medicarte sirve de algo, estos mismos estudios han concluido que los efectos de sustancias como la hormona de crecimiento humano no están completamente comprobados y pueden conllevar riesgos, de igual forma que multivitamínicos, vitamina C, CoQ10 o la vitamina E sí que pueden compensar déficits nutricionales.
Curiosamente, lo que mejor funciona, según los expertos, es mantener una actitud positiva hacia el envejecimiento, por lo que si has visto recientemente en cines ‘La sustancia’, ya sabes lo que no hay que hacer.
