En los últimos años, la ciencia ha avanzado mucho, tanto que es posible hacer cambios en la genética para obtener ciertos beneficios el día de mañana. Sin embargo, hay problemas muy graves que deben ser tenidos en cuenta hasta el punto en que se puede condicionar y mucho a una persona en caso de que se aplique incluso desde antes de su concepción.
Son muchas las cosas que los científicos tienen en cuenta cuando se habla de genética y por eso es importante echar un vistazo a cómo se trata la edición del genoma desde el punto de vista ético.
Edición genética, todo un mundo de posibilidades
Todo el mundo tiene que lidiar con cambios en su cuerpo a lo largo de su vida, algunos más bruscos que otros en función de su naturaleza. Algunos hacen que sea posible modificar elementos como el color del pelo o de los ojos, así como la estatura o incluso evitar algún tipo de enfermedad que pudiera heredar de los padres. Y es que hay cosas que no es posible tratar después del nacimiento, por lo que todos aquellos que pueden permitírselo quieren que sus hijos nazcan lo más sanos posible.
Y es que hablar de edición genética es hacerlo de una de las partes más importantes y sensibles del ser humano que no es otra cosa que el genoma. Como sabrás, estamos compuestos por varios pares de cromosomas, los cuales determinan la información con la que crecerá nuestro cuerpo desde que es una célula y empieza a multiplicarse. Con la gestación no solo se crea una nueva vida, sino que también se determinan cosas como sus características más personales traídas de la información genética de sus creadores.
Es aquí donde la ciencia es capaz de poner recursos para evitar cosas que podrían ser perjudiciales para esa persona en el futuro, aunque no todo suena tan bien como parece.
La ética marca las pautas para el futuro de la edición genética
Para el común de los mortales es normal pensar que uno nace con los atributos que tiene y que cambiarlos es cosa de trabajo personal o simplemente de tener una mejor actitud ante la adversidad. En otras palabras, para cambiar nuestro cuerpo se puede recurrir a muchas herramientas que son más o menos imprescindibles para que el día de mañana cualquiera pueda desarrollarse como persona como puede ser la psicología hasta otros tratamientos algo más invasivos en lo que al físico se refiere como puede ser la medicina estética.
Pero ¿qué pasa con esos casos en los que se busca cambiar el genoma para obtener resultados? Pues es aquí donde la ética interviene para que el día de mañana no se use hasta el punto de ser dios. Como te hemos dicho, hay quienes no dudan en recurrir a este sistema con el fin de obtener ciertos beneficios, pero en ocasiones hay que tener en cuenta que se trata de un campo muy complejo y controvertido. Hay que tener en cuenta factores como los que vamos a comentar a continuación para determinar si el uso de estas prácticas está o no justificado en caso de que se pueda:
¿Es seguro?
Una de las cosas más importantes en este proceso es la seguridad de la nueva vida que se está gestando. Lo cierto es que con las técnicas tan avanzadas que hay a día de hoy el riesgo es mínimo, lo que puede permitir que muchas personas opten por estas prácticas para que su hijo tenga algunas características añadidas o eliminadas.
Sin embargo, esto no significa que no haya posibilidad de fallo. Recordemos que la ‘materia prima’ es el genoma de una persona y esto puede desembocar el día de mañana en un problema gravísimo en caso de que no se realice correctamente. Con esto queremos decir que lo que podría ser un cambio nimio podría desembocar en una malformación que no se pueda solucionar el día de mañana.
Consecuencias en el largo plazo
Pongámonos en el mejor de los casos: la edición genética sale bien y la persona cuenta con estas ‘mejoras’ o alteración genética que le puede permitir vivir mejor en caso de que se eliminase algo que pudiera perjudicarle. En este punto es importante tener en cuenta que al modificar el genoma también se hace de cara al futuro, lo que puede ser bueno en ciertos aspectos.
Pero en el caso contrario pasa exactamente lo mismo: si todo sale mal no solo se está influyendo en la generación actual, sino que podría perjudicar a las venideras con un error que podría ser no solo irreversible, sino también más grave de lo que podría ser en un principio.
Mejoras e inmunidades
El problema que trae la edición genética es muy grave en muchos casos en los que se genera una desigualdad enorme de la persona en cuestión con respecto al resto de la población. Editar el genoma en algunos casos ha sido controvertido por tener acceso a una posible forma de ser inmune a las enfermedades como ha sido el caso de He Jiankui, un científico que hizo lo posible por evitar la generación de células que prácticamente estaban más que sanas.
El aporte de las ‘mejoras’
Otro de los puntos clave de la edición genética es la necesidad de crear cuerpos mejorados, que sean o no visibles en lo que a dicha mejora se refiere respecto al resto de humanos. Aquí se plantea un problema en el que la sociedad también puede mostrar un descontento, ya que esos cambios o mejoras no se obtienen mediante el entrenamiento o esfuerzo por conseguirlas, sino que son otorgadas de manera artificial y esto puede suponer un problema.
Privacidad y equidad
En la edición genética tiene que ver con el marco legal y social en el que se mueve. Como hemos dicho antes, hay aspectos que cambian por completo el aspecto de una persona graciosa la medicina estética que a día de hoy es bastante accesible según los casos. Pero en el caso de la edición genética nos encontramos con algo más discriminatorio a lo que no todo el mundo tiene acceso.