Ya sabemos que vivir en el espacio es toda una odisea. El ser humano es incapaz de aguantar lejos de la protección que ofrece la atmósfera respecto al espacio y el sustento que hay en su corteza aunque esto no es lo único que debe tener en cuenta el ser humano. La posición de la Tierra en el Universo también tiene mucha importancia y concretamente el sol no es lo único que debe importar para mantener una temperatura aceptable en la corteza terrestre. Hay otros elementos como las nubes de gas que se esparcen por el espacio que son capaces de generar temperaturas muy bajas hasta provocar lo que se conoce como el invierno interestelar.
Este fenómeno, como te decimos, está producido por pequeñas formaciones de gases que tiene una temperatura muy fría y se mueven interactuando con todos los astros que se encuentra a su alrededor. De hecho, esta situación podría causar estragos en la tierra en caso de que estos colisionaran con nuestro planeta.
La Tierra podría enfriarse de nuevo
Como sabrás, nuestro planeta ha pasado por numerosos estadios antes de conformarse como el astro que pisas en estos momentos. Por un lado, la corteza ha sufrido cambios constantes debido a la gran cantidad de erupciones volcánicas y expulsión de gases y materiales metálicos y rocosos desde el centro del planeta al exterior, pero del mismo modo también ha sufrido épocas heladas severas. Este último efecto es lo que se le conoce como las edades de hielo, las cuales para muchos son imposibles debido al calentamiento global.
Es cierto que el cielo que hay en los polos forman parte de esas épocas pasadas en las que la superficie se cubrió prácticamente de hielo, pero lo que muchos no saben es que esto puede volver a ocurrir si se dan las condiciones espaciales adecuadas. Los seres humanos no notamos el movimiento de la Tierra ni su desplazamiento alrededor del Sol, pero lo cierto es que este movimiento puede dar lugar a eventos de lo más singulares como puede ser el invierno espacial.
En estos momentos puedes estar pensando que ya de por sí el espacio es frío a pesar de la energía que pueden irradiar las estrellas y en concreto el sol que se ubica en el centro de nuestro Sistema Solar, pero lo cierto es que no estaríamos a salvo en caso de sufrir la llegada de una nube de gas helada.
La situación es mucho más grave de lo que parece, ya que ante este fenómeno la Tierra no tiene ninguna clase de protección. Si bien es cierto que la atmósfera impide que la radiación solar penetre con todas sus fuerzas en la Tierra, este tipo de nubes gaseosas serían capaces incluso de someter la presión de la heliosfera, una región especial compuesta por iones de la atmósfera solar y que se extiende más allá de la órbita de Plutón.
Un estudio demuestra que esto es posible
Como puedes ver, los rayos del sol no solamente pueden dañar, sino que también su radiación es capaz de proteger todo el sistema solar de amenazas térmicas como son las nubes heladas que traen consigo el llamado invierno estelar. Su paso supondría una reducción de la heliosfera y, por lo tanto, de la capacidad calorífica del astro rey hasta tal punto de que si cae por debajo de la trayectoria de la tierra esta podría verse en serios problemas.
De hecho, un estudio ha concluido que la Tierra ya ha pasado por un momento similar. Al parecer unas investigaciones geológicas elaboradas por la Universidad de Harvard y de Boston encontraron isótopos de hierro 60 y plutonio 244 en los núcleos de hielo de la nieve Antártica y también en la Luna unos registros que coinciden con la era cuaternaria de la glaciación de hace 2,5 millones de años.
Como ya sabemos paso mucho tiempo hasta que la temperatura de la Tierra se normalizó para albergar la vida que ocupa hoy toda su extensión tanto de agua como de tierra además de sus cielos, pero esto no quita el hecho de que si en el futuro la Tierra vuelve a cruzarse con este fenómeno espacial pueda sufrir las mismas consecuencias que entonces.
