El mundo del ferrocarril tiene muchos seguidores muy acérrimos. Seguro que te puedes encontrar personas capaces de decirte los años de construcción de una maquinaria, así como saber de cuál se trata simple y llanamente con escuchar el silbato que producen. Pero lejos de lo que pueden aportar el coche motor de todo un convoy, es importante echar un vistazo a aquello que une a todos y cada uno de los vagones, algo que se lo tenemos que agradecer a Eli H. Janney.
Probablemente, este nombre no te suene de mucho si no eres un fan de los trenes, pero lo cierto es que esta persona es la precursora de sistema de enganches que a día de hoy se mantienen acoplando los vagones desde nada menos que 1873.
Knucle, Janney, AAR… llámalo como quieras
Acoplar un vagón con otro parece una tarea sencilla y en sus inicios todo dependía de un sistema sencillo, pero que tenía sus fallos. Un sistema de topes y cadenas, así como tornillos era los encargados de unir los diferentes coches de un tren con el fin de que todos fueran transportados de un sitio a otro por la vía férrea. Todo era tan sencillo como encajar la cadena a un gancho y utilizarla unos topes que iban anclados en el chasis del vagón para colocar todos y cada uno de los elementos que iba a llevar un tren.
El problema que tenía era que se trataba de un sistema bastante lento de montar y además algo inseguro, sobre todo por el riesgo que tenían los trabajadores que los colocaban de sufrir un aplastamiento potencial entre los dos coches.
Es por eso que con el paso de los años más dual fue perdiendo adeptos y todo gracias a la aportación de diferentes inventores a lo largo del tiempo que se preocuparon de buscar otras opciones mejores. Una de ellas es la que te vamos a contar hoy, que no es otro que el precursor del sistema automático de enganche de trenes. Eli H.Janney fue el artífice de esta idea el cual inventó lo que a día de hoy se conoce como acople de mandíbula, knuckle o incluso AAR.
Lo cierto es que los dos primeros nombres le vienen muy bien por la forma en la que estos enganches funcionaban. Todo es tan sencillo como conectar el cable macho a un hembra de un dispositivo actual, pero esto se tendría que traducir al mundo de los trenes.
En otras palabras, el sistema se compone de un brazo que se extiende desde el vagón y que en cuyo final hay un enganche que tiene la forma de dando la impresión de que se trata de una mandíbula o una mano con forma de gancho. Lo bueno es que una vez se van acercando los dos coches, estos enganches van cogiendo forma hasta cerrarse automáticamente el uno con el otro, de tal forma que no hay manera alguna de desencajarlos si no es mediante un mecanismo.
A diferencia del resto de anclajes, estos aportaban grandes mejoras como la posibilidad de usarlos en coches de gran tonelaje además de ser uno de los más seguros a la hora de colocarlos ya que no requerían de ningún tope ni mucho menos de la intervención del ser humano para activarlos.
A la hora de la verdad, cuando el tren está en marcha a gran velocidad, se puede ver incluso que estos ganchos se separan unos centímetros entre sí dando la sensación a las personas que lo están viendo de que en algún momento el tren podría descarrilar o incluso soltarse en el peor de los casos. Pero la realidad es bien distinta ya que estos ganchos siempre vuelven a su misma posición y el porcentaje de que ocurra una desgracia es realmente poca a causa de un fallo por causa de este anclaje.
En España utilizamos hasta tres tipos
La aportación del señor Janney ha sido una de las más importantes para el mundo del ferrocarril y probablemente no solamente los conductores de trenes de los Estados Unidos le deben esta aportación, sino también los de otros países del mundo. Si nos centramos en el nuestro podemos encontrar que los trenes utilizan tres tipos diferentes de anclajes, siendo uno de los más antiguos el de husillo.
Este sistema es algo similar al de las cadenas aunque tiene precisamente un husillo y una manija que libera esta cadena de dos eslabones y que se acopla directamente a los ganchos que une a cada tren. Por otro lado, tenemos también el sistema automático Scharfenberg que es el que llegan algunos trenes como por ejemplo el Talgo, el cual se acciona mediante un mando en la cabina del conductor o bien con un tirador situado en el acople y que está siempre a la vista.
El tercero es este mismo, el que te estamos contando, el cual también se le conoce como enganche Alliance que se utiliza principalmente en los coches de mayor tonelaje y que se dedican al transporte de mercancías.