Son muchas las personas las que han dejado de confiar casi por completo en el almacenamiento interno de su teléfono para tener más almacenamiento en la nube y guardar así todo lo que necesitan en Internet. Estamos hablando del uso de servidores remotos a los que no tienes un acceso físico y solamente puedes acceder si tienes una conexión segura y directa. De estas dos cualidades una de las más importantes es la seguridad y hoy te vamos a contar cómo es posible proteger tus carpetas de Google Drive de la vista de cualquier usuario.
Aunque no te lo creas cualquier persona en Internet podría tener acceso a los datos que guardas en tus carpetas si no realizas una correcta verificación de la configuración del servicio.
Google Drive puede ‘filtrar’ tus datos
Puede que muchos usuarios alrededor del mundo piensen que en Internet las cosas no están seguras. En parte tiene razón, ya que con un ciberataque bien coordinado, un equipo de hacker se puede hacer con gran cantidad de datos de usuarios sin que estos lo sepan. Es tarea de las grandes empresas ponerte su parte para que una equipo de ciberseguridad se encargue de evitar todo tipo de filtraciones en sus sistemas, aunque en otras ocasiones son los propios usuarios los que tienen que poner su granito de arena para que sus datos no sean de fácil acceso.
No solamente estamos hablando de elegir contramedidas lo suficientemente fuertes como para que una persona acceda a los contenidos de otra con suma facilidad, sino también de controlar una serie de parámetros con las que sentirse seguro.
Esto pasa en todos los sistemas de almacenamiento online aunque puede que en el caso de Google Drive se acreciente más por el mero hecho de que es uno de los más populares del momento. Son muchas las personas que lo utilizan y lo que no saben es que al utilizar carpetas compartidas pueden enviar su contenido a todo el mundo sin saberlo.
Utiliza solo carpetas privadas
Por norma general, Google Drive es un servicio de almacenamiento privado en la nube, lo que implica que tus datos estarán seguros en todo momento. Siempre hay excepciones, pero por lo general Google que nadie excepto tú o aquellos que se sepan tu contraseña de Gmail tengan acceso a lo que tengas guardado en la Red. Entonces ¿Cómo es posible que alguien tenga acceso a mi contenido? La respuesta es muy sencilla: el uso de carpetas compartidas.
En más de una ocasión te hemos indicado lo importante que es tener el control de todo lo que haya almacenado tanto en el disco duro de tu ordenador como el espacio que utilicen en el escritorio y por supuesto también en todos los servicios de almacenamiento en la nube que tengas contratados en Internet. Tener todos los archivos desperdigados no es una opción, por lo que el uso de las carpetas es más que necesario.
El problema está en el nivel de privacidad que tú como usuario integres y es una característica básica que no te debe saltar por ningún motivo. En el caso de Google Drive, cada vez que creas una carpeta se hará de manera privada, pero si por algún motivo decides compartirla con alguien es importante que tengas en cuenta este ajuste.
Si decides compartir una carpeta con alguien, nunca lo hagas de manera pública, ya que de esa manera darás acceso directo a cualquier usuario de Internet a que entre en ella. Por si no lo sabes en el buscador de Google puedes poner Google Drive seguido de algún tipo de búsqueda que quieras realizar y si hay algún usuario que tenga una carpeta pública con un contenido con ese nombre ten por seguro que podrás acceder sin problemas, ya que esa carpeta está accesible para todo el mundo.
De lo contrario, por mucho que lo busque alguien en Internet si compartisteis esa carpeta de manera privada y solo los usuarios pueden acceder si tienen un enlace concreto, puedes estar tranquilo de que tus datos están protegidos dentro de Google y de tu propia nube.
Ahora que ya conoces este truco ten mucho cuidado con la forma en que compartes contenido en Internet y sobre todo si se trata de enlazar directamente a tu propia nube.
