Son muchos locales que tienes distribuidos por toda tu casa. Unos te servirán para llevar la electricidad de un lado a otro, mientras que algunos interconectan dispositivos entre sí, pero hay uno que es sumamente indispensable en el día a día tanto de tu casa como en cualquier oficina. Estamos hablando del cable de la fibra óptica, uno que pasa tan desapercibido pero que es tan importante que debes aprender a mantenerlo correctamente.
Y es que en los tiempos que corren necesitas tener mucho cuidado con este cable ya que cualquier daño que le puedas ocasionar puede suponer la pérdida de conexión a Internet en cualquier aparato conectado al router.
Un cable para conectarlos a todos
Es posible que te acuerdes de ese momento en el que la fibra llegó a tu casa. Un técnico revisó que la instalación estaba hecha para todo el edificio y solo tuvo que conectar un cable muy sencillo a tu casa para disponer de la gran velocidad de la que disfrutamos ahora. Para estos técnicos es de lo más normal encontrarse con un amasijo de estos finos cables entrelazados entre sí por lo que siente de agradecido de que solo te tengas que preocupar de mantener el tuyo en tu casa.
Y es que un cable tan fino como el que te presentamos a continuación es todo lo que necesitas para conectar por fibra óptica todos los aparatos que tienes a Internet. Llevamos unos años en los que un hogar sin fibra es algo un poco raro, sobre todo porque se ha democratizado tanto esta tecnología que es prácticamente imposible que una compañía no la ofrezca a buen precio.
Pero nos vamos a centrar en lo esencial en ese latiguillo que va desde el Punto de Acceso de Usuario (o PAU) a tu router y de ahí al resto de dispositivos que hay en tu casa.
Cómo se puede romper un cable de fibra
Hacerse esta pregunta es de lo más normal e importante. Y es que es el latiguillo de color amarillo por lo general esconde en su interior un elemento muy frágil con el que debes de tener mucho en cuenta que lo que hay en el interior es fibra óptica en la cual es capaz de transferir más rápido la información, pero es mucho más sensible que los típicos cables de cobre que estamos acostumbrados a utilizar.
Lo más normal es que pienses que una vez conectado no tienes que hacer absolutamente nada, pero debes tener en cuenta que cualquier doblez puede afectar seriamente a su funcionamiento. Es por ese motivo que este latiguillo debe colgar lo suficiente para que no haya ninguna parte doblada o de lo contrario se puede romper en su interior.
Pero el problema no solamente puede ser humano. Y es que quien tenga mascotas en casa sabe lo importante que es que estas no ronden zonas tan delicadas como aquellas por las que pasan cables. Cualquier tirón, mordisco o arañazo puede dañar su estructura y por lo tanto conseguir que la conexión falle de alguna manera.
Como sustituir el cable de fibra óptica
Llegado el momento en el que tengas que sustituir el cable de fibra óptica debes tener en cuenta algunas características que tal vez no sabías que influían tanto. Evidentemente, el largo influye, pero este latiguillo esconde algún que otro secreto.
Por ejemplo, encontrarás cables de tipo monomodo o multimodo de los cuales para el uso doméstico necesitarás el monomodo. El otro punto que tal vez pensabas que no iba a influir para nada es el color. Antes te hemos hablado de un cable de color amarillo con los extremos verdes y ese es el más habitual en todos los hogares. Es verdad que te lo puedes encontrar en otros colores, pero por lo general este es el más utilizado en las casas.
Por supuesto, en el momento de la instalación, además de tener en cuenta la distancia que tiene que recorrer desde el PAU hasta el router y lo más importante es que no mires a la luz. Y es que muchos no lo saben pero a través del cable de conexión viaja una luz que no debes mirar directamente bajo ningún concepto. Por eso lo mejor es retirar el cable viejo y colocar el nuevo evitando que los extremos apunten directamente a tus ojos.
Como puedes ver, el proceso de cambiar el cable de fibra óptica es de lo más sencillo, tanto como el de conectar por cable un dispositivo como una televisión u ordenador a tu router para disfrutar de la máxima velocidad que te ofrece la fibra óptica que has contratado con tu compañía.
