Controlar el ordenador no es tarea difícil y todo es gracias a la cantidad de periféricos que tienes a tu disposición para ponerlo a funcionar. De hecho, existen multitud de accesorios con los que es posible hacer todo tipo de trabajos gracias a que se adaptan a todas y cada una de las necesidades de los usuarios a nivel de accesibilidad. Pero por norma solamente necesitas un teclado y un ratón para empezar a funcionar (aunque si nos apuras simplemente con el ratón ya tiene suficiente). El problema de todo esto reside en que puede que te encuentres con la desagradable situación de que el ratón te deja de funcionar, el momento en el que deberás tener a mano los siguientes consejos que te vamos a presentar a continuación.
No hay nada peor para un usuario que el hecho de saber que un hardware no funciona como debe y es por eso que te vamos a dar hoy las claves de cómo arreglar uno de los problemas más comunes para los usuarios cuando se trata de controlar todo lo que pasa en la pantalla de su PC.
Todo lo que debes hacer cuando tu ratón falla
Cuando estás usando tu ordenador pocas veces tienes la sensación de que hay algo que no va como debería. De hecho, si hay algún fallo puede que lo primero a lo que le eches la culpa sea la conexión a Internet si es que estás trabajando desde la Red, pero en ocasiones el problema está más cerca de lo que parece. Puede que la pantalla ha dejado de funcionar correctamente o que incluso hay algún driver que impide el correcto funcionamiento de la máquina, pero hoy vamos a echar un vistazo a uno de los problemas más comunes y que sobre todo más rabia da a los usuarios como es que el ratón deje de funcionar.
Si te preguntas a qué nos referimos cuando decimos algo tan general, podemos decirte casos como que el clic de alguno de los botones no funciona correctamente o que el movimiento vaya más lento de lo normal o incluso a trompicones. Ya ni hablamos cuando el cursor no se mueve, que esas casi una prueba de que el periférico ha dejado de funcionar como debería. Sea como sea, nosotros te vamos a dar directamente las soluciones que te pueden ayudar para recuperar el control del aparato.
¿Está bien enchufado?
La primera ley de la electrónica es bastante clara y es que si algo no funciona lo suyo es enchufarlo. Con los ratones pasa exactamente lo mismo y da igual que sean sin cables o con ellos ya que si el receptor no está conectado al puerto lo más probable es que el periférico no funcione. Por eso es importante que eches un vistazo al estado de dicho puerto si está o no sucio para limpiarlo o incluso se presenta alguna clase de desperfecto que impida el correcto funcionamiento.
Lo mismo te decimos dentro del propio ratón ya que los inalámbricos suelen llevar una batería en su interior o bien una pila que los suministra de energía. Si cualquiera de las dos cosas está defectuosa o sin carga, la solución es tan sencilla como sustituir la pila o ponerlo a cargar mientras utilizas el cable.
Windows debe reconocer el aparato
Tiene mucho que ver con el apartado anterior, pero en este caso tenemos que irnos al dispositivo receptor de la señal. Si ya has comprobado que el puerto funciona y que el ratón tiene energía suficiente para funcionar ahora te toca ir directamente a Windows para comprobar que la conexión se efectúa de manera rápida y fiable.
Si te vas al apartado de Configuración y Dispositivos e Impresoras solo deberás seleccionar el apartado de Bluetooth para empezar a buscar los diferentes dispositivos cercanos y entre ellos el ratón con el que quieras trabajar, ya que de otra manera no podrás usarlo a menos de que tengas un conector que haga de receptor del periférico.
Los drivers deben estar actualizados
Por norma, Windows se encarga de mantener el software de los diferentes aparatos actualizado sin que tú te tengas que preocupar de ello. El proceso es realmente automático, pero en ocasiones puede que esto falle y, como conclusión, experimentes idas y venidas del funcionamiento del aparato.
Dentro del administrador de dispositivos de Windows encontrarás los diferentes aparatos conectados a tu ordenador y solamente tendrás que seleccionar tu ratón para empezar a echar un vistazo entre sus propiedades y actualizar los drivers por tu cuenta.
Si todo falla, tal vez te toque renovarlo
Lo sentimos si le tienes mucho cariño a tu ratón, pero en ocasiones el fallo no tiene nada que ver con el software y es algo puramente de hardware. Los diferentes fabricantes realizan pruebas de estrés de sus dispositivos antes de ponerlos a la venta y son conscientes de que después de un tiempo de uso estos pueden dar algún que otro fallo. En el caso de los ratones te puedes encontrar con errores que llegan directamente desde el clic izquierdo o derecho en función del que más uses.
Si experimentas una ralentización del clic o incluso que este se realiza de manera repetitiva, está claro que el problema viene del propio aparato por lo que o bien te aventuras a arreglarlo tú mismo o te tocará pasar por caja para comprar uno nuevo.
