Halloween es una de las festividades más esperadas por todos por eso de que te puedes disfrazar de lo que tú quieras siempre y cuando sea del mundo del terror. Algunos agudizan el ingenio para dar sustos. Para esto último también vale la tecnología como es esta ouija robótica que puedes hacer tú mismo en casa.
Sí, con una mano de maniquí, un pequeño ordenador y unas pocas piezas de madera, puedes convertirte en el rey del espiritismo en esta festividad. Eso sí, la vestimenta para dar el pego ya es cosa tuya, o tal vez prefieras dejar este dispositivo preparado para que parezca que un espíritu está moviendo una mano.
¿Qué es una ouija?
Puede que los amantes del terror y el espiritismo ya sepan de lo que estamos hablando, pero si llegas a este artículo de casualidad buscando información de esta herramienta, lo mejor es explicarte antes que nada qué es una güija. En esencia, se trata de un tablero con caracteres alfanuméricos con los que una persona, entre o no en trance, contacta con un espíritu y este es capaz de deletrear las palabras que quiere comunicar a otra persona en el plano terrenal.
Por supuesto, esto da mucho respeto y muchos optan por no jugar con estas cosas por lo que pueda pasar. Y es que no solo se puede contactar con personas, también pueden aparecer demonios. No solo se pueden montar palabras, también se pueden dar respuestas de Si o No en función de lo que se pregunta, lo mismo que iniciar o abandonar la conversación de con un Hola y un Adiós.
¿Cómo se hace una ouija electrónica?
Como te decíamos, esta práctica se usa para hablar con espíritus, aunque a más de uno le gusta jugar con esto. Y estos últimos seguro que se valen de la tecnología para tener su propia güija electrónica. La primera parte, la de tener el tablero con caracteres alfanuméricos, es esta más que conseguida, pero falta la mano que elige qué es lo que se dice.
En este sentido, ha sido el usuario Ronald McCollum el que ha colgado en Internet su peculiar forma de asustar a la gente en este Halloween. Una mano de maniquí sujeta la pieza que selecciona los caracteres y esta se mueve gracias a las órdenes de una Raspberry Pi.
Una vez codificada la posición de cada letra, el pequeño dispositivo se encarga de deletrear, nada más y nada menos, los tuits que un usuario quiera mandar. Es decir, la güija se convierte en una forma de publicar en X, la plataforma que antes era conocida como Twitter. Con unos rápidos movimientos se crea un efecto con el que se podría pensar que un demonio está manipulando el objeto cuando de verdad lo que se está haciendo es mandar un mensaje a una red social.
Por este motivo, se puede convertir en una experiencia increíble en un Halloween más amable con todos los que ven el mundo de los espíritus como algo lejano o que es mejor no tentar en ningún momento.
