Es posible que en los últimos años te hayas fijado de un evento singular que ha modificado y mucho el paisaje de nuestro país. Y no lo decimos por modificaciones geológicas sino por la intervención del hombre en lo que se refiere al campo, ya que muchos han cambiado los cultivos o incluso los terrenos vacíos por porque solares con los que son capaces de generar beneficios todos los días del año. Son muchos los que se preguntan si esto puede ser el fin de la agricultura en muchas zonas de nuestro país pero lo cierto es que hay una forma de evitarlo y todo es gracias a la energía agrovoltaica.
Esa es la mejor solución de equilibrar la balanza a la hora de utilizar un terreno no solo para tener energía sino también para explotarlo a nivel agrícola con determinados cultivos que son compatibles y que no dañan las estructuras construidas.
La solución entre la agricultura y la energía solar
Todo el mundo sabe que los campos necesitan dos cosas importantes para que los cultivos prosperen: agua y sol. Hasta ahora el problema de muchos había sido la recolección de agua principalmente porque en nuestro país padece sequías recurrentes que son capaces de bajar el nivel de los embalses al mínimo. Por lo tanto el sol no debería ser un problema pero en los últimos años se ha visto una tendencia de aquellos que tienen grandes extensiones de terreno por intercambiar los cultivos por zonas dedicadas a retención de energía solar.
Por supuesto estos parques solares requieren de una instalación donde colocar los paneles que van a recibir la luz del sol lo cual trae consigo dos problemas: el primero es que si se planta debajo de ellos los productos no tienen la luz que necesitan para que los vegetales crezcan y el segundo es que la mayoría de los casos es imposible utilizar esas extensiones de terreno también para cultivar.
Sin embargo, existe un nuevo sistema con el que es posible aprovechar ambas cosas lo que se conoce como energía agrovoltaica. Se trata de una forma de aprovechar estas extensiones de terreno con el fin de obtener energía y cultivos a partes iguales. Por un lado, se utilizan soportes lo suficientemente altos para colocar las placas a una altura en la que no estorben al paso de los vehículos agrícolas, que son los que se encargan de realizar trabajos en las partes inferiores.
También existe la posibilidad de colocar estos paneles sobre un sistema de cableado más elevado, con los que es más sencillo desplazarlos de un lado a otro para dar a los campos el sol que necesitan cuando se necesita. Esto es lo que se considera agrovoltaica dinámica, precisamente por tener esa capacidad de mover esos paneles donde la persona quiera.
La otra opción consiste en tener un sistema inteligente de obtención de energía solar, algo que se consigue mediante software e incluso la implantación de un sistema de inteligencia artificial. Esto consigue que un programa sea capaz de tener en cuenta cosas como los ciclos de crecimiento o la tan importante meteorología para saber cómo mover los paneles para que las plantas puedan crecer de manera eficiente y sacar provecho de la energía solar y la agricultura.
¿Qué aporta la energía agrovoltaica?
Como puedes ver, pese a la creencia generalizada de que ‘los campos están perdidos’, nada está más lejos de la realidad. Lo cierto es que adaptar la tecnología más puntera a la par que se obtienen recursos de la tierra es algo interesante, especialmente para quienes no quieren perder beneficios con la instalación de los tan caros, pero útiles paneles solares. Pero no todo es tan bueno, por lo que vamos a ver cuáles son sus ventajas e inconvenientes.
Lo mejor
Por un lado, estamos hablando de que un impacto económico positivo dadas las necesidades de los dueños de estas extensiones de terreno. Saber que pueden sacar beneficios a lo largo del año además de que pueden seguir cultivando aunque sea en una menor extensión es una forma de revalorizar el campo, algo especialmente útil en zonas cálidas que no solo se aprovechan de las horas de sol, sino también de un control más exhaustivo de cuándo quieren poner sombra en sus cultivos.
Al convertirse en productores de energía renovable, los dueños también pueden beneficiarse del uso de la energía que producen, invirtiendo en maquinaria dependiente de la electricidad y no del combustible.
Lo malo
En la parte mala, tenemos que apuntar que no se trata de una tecnología aplicable a todos los entornos. Como hemos dicho antes, se saca mucho provecho de las zonas más áridas, por lo que en zonas donde no hay mucho sol es prácticamente inservible.
Además, es importante tener en cuenta que tampoco todos los productos agricolas son compatibles, ya que en algunos casos la presencia del sol es más importante que la de cualquier otro elemento necesario para el cultivo.