El WiFi de casa se trata como algo sagrado. Si hay algo que interfiere en la señal merece ser eliminado con tal de que la distribución sea completa por toda la casa, y si hay alguna forma de distribuirla mejor es capital tomar las medidas necesarias para que todo el mundo tenga conexión en cualquier rincón. El problema es que no todo lo que interfiere o afecta se ve y para tu desgracia y de hecho uno de esos factores invisibles si que se siente como es la temperatura ambiente.
Lamentamos decirte que en las diferentes épocas del año tienen un impacto bastante grande para los dispositivos que propagan el Internet por casa.
Tu router tiene una temperatura idónea para funcionar
La temperatura es un gran enemigo de la tecnología y de prácticamente cualquier dispositivo electrónico. No es de extrañar, ya que todos los componentes generan calor por sí mismos y eso es un problema que condiciona su rendimiento. El pasa a cualquier aparato: una tele, una batidora, el router… cualquiera que tenga componentes electrónicos y que pueda funcionar a grandes velocidades con un motor o un procesador de datos no se libra de este problema, pero no solo hablamos del exceso de calor, también de la ausencia de él.

Y es que poco a poco abandonamos el calor y nos adentramos en la época de las temperaturas más bajas del año y sea cual sea el clima en que te muevas, la temperatura afecta y mucho cuando hablamos del WiFi. Seguro que tienes en cuenta que el router funciona como un dispositivo electrónico con diferentes componentes a tu disposición, pero la realidad es que estos pueden dejar de funcionar correctamente con cambios bruscos en el ambiente.
Con mucho calor… olvídate de que Internet funcione bien
En más de una ocasión te hemos dicho lo importante que es que los dispositivos electrónicos estén a una temperatura ambiente óptima y que es en verano cuando más sufren. No es de extrañar y todo por el hecho de que el calor es tan insoportable que es imposible que un aparato electrónico funcione con normalidad si tienes en cuenta la temperatura a la que están funcionando desde el interior de la carcasa.
Cuando hablamos de altas temperaturas, el WiFi de casa es uno de los grandes damnificados y todo porque al fin y al cabo es el dispositivo que se encarga de distribuir la conexión a Internet por toda la casa y por cable al resto de aparatos conectados. Curiosamente, es un aparato que no tiene un sistema de refrigeración como cualquier otro, por lo que puedes esperar que en un mes de agosto con 40 grados de temperatura el WiFi sufre las consecuencias por posibles averías y errores por no tener una temperatura inferior a 33 grados.
Y el frío también puede ser un problema
Si, puedes pensar que a menos que vivas en alguno de los polos eso de que el WiFi se vea afectado por las bajas temperaturas es algo anecdótico, pero no es algo que debas poner como imposible. Y es que con bajas temperaturas un dispositivo puede tardar mucho más en función, por no hablar de que también pueden darse algunos fallos que sean derivados de este problema que viene determinado exclusivamente por el frío.

Si la habitación no está aclimatada puede que haya algún que otro problema con el dispositivo por el cambio brusco de temperatura que se pueda producir si se pasa de un estado de standby a un flujo de datos mayor.
Ten en cuenta el cable como opción
Puede que si el WiFi te falla tengas que poner en práctica el uso de otros métodos más efectivos para llevar el cable a otras estancias de la casa y uno de los más interesantes es el cable. A todo esto podrías pensar que el uso de otras técnicas también puede ser interesante, como es una red mallada con la que puedes acceder a una mejor distribución de todo el entramado de WiFi que tengas para trabajar a gusto desde cualquier parte de tu casa y sobre todo si tienes zonas que están más aclimatadas que otras para garantizar un buen funcionamiento.











