La entrada en vigor de la Ley General de Telecomunicaciones, junto a la lista Robinson, deberían ser dos motivos más que suficientes para que dejemos de recibir llamadas de SPAM. Sin embargo, en muchos casos no es así. Pero, ¿cuáles son las razones?
Las llamadas comerciales o de spam tienen cada vez un menor recorrido en nuestro país si no existe un consentimiento expreso por nuestra parte. La Lista Robinson y la Ley General de las Telecomunicaciones son dos de los instrumentos que nos han ayudado a reducir este tipo de molestas llamadas. Sin embargo, la realidad es que todavía muchos de nosotros nos vemos afectados por ella y no siempre conocemos cuáles son los motivos por los que se siguen produciendo. En este artículo te contamos algunos de ellos y, además, te recomendamos cuáles son las posibles soluciones para evitar las clásicas molestias que originan estos números.
Diferentes motivos
Una de las claves de la Ley General de las Telecomunicaciones radica en el consentimiento expreso. Muchas veces no nos damos cuenta, pero cuando firmamos algún contrato con un proveedor de servicios, también estamos dando consentimiento expreso para que dicho proveedor se pueda poner en contacto con nosotros siempre que considere que cuenta con una oferta que nos puede interesar.
Para evitarlo, es importante que miremos bien qué estamos firmando y que, en el caso de no estar de acuerdo, incluso después de haber firmado, lo comuniquemos a la empresa en cuestión. Otro concepto que es muy interesante en esta ley es el término de “interés legítimo”, otro término en el que se amparan las empresas para ponerse en contacto con nosotros, incluso cuando pensamos que estamos protegidos ante la ley. Dicho marco legal afirma que las comunicaciones se pueden llevar a cabo si “es necesario para la satisfacción de intereses legítimos perseguidos por el responsable del tratamiento o por un tercero”, como se puede consultar en este enlace.
Más razones
Estos no son los únicos motivos que pueden provocar estas llamadas, tampoco podemos olvidar que las empresas pueden incumplir la obligación de consultar la Lista Robinson antes de realizar las campañas publicitarias y, por ende, aunque estemos inscritos, vamos a continuar recibiendo las mismas. Un escenario que también puede ocurrir en el caso de que las empresas hayan obtenido de forma ilícita nuestros datos.
Tampoco podemos olvidar que la inscripción a la Lista Robinson no tiene un efecto inmediato. Y, por tanto, puede que introduzcamos nuestros datos y todavía pasen unas cuantas semanas hasta que la inscripción se haga efectiva. En este caso, se trata de un procedimiento que es completamente normal y al que debemos dar un cierto margen para que se implemente por completo.
Si seguimos recibiendo llamadas, lo mejor que podemos hacer es bloquear a los números desde las que se realizan las mismas y, además, si siguen insistiendo, también tener presente que siempre existe la opción de poder presentar una denuncia ante la Agencia Española de Protección de Datos para que realicen las acciones oportunas que permiten ir reduciendo las mismas. Por último, recuerda que podemos encontrar diferentes aplicaciones que nos permiten poder filtrar todas aquellas llamadas en las que no estamos interesados con el objetivo de minimizar las molestias producidas por los números desconocidos.
