Durante años, la televisión nos ha acostumbrado a que no todos los programas emitidos son para todos los públicos. Para eso existe una cosa llamada ‘horario infantil’, donde las diferentes productoras deben cumplir una serie de normas para que los padres puedan ver ese contenido sin preocuparse de que también lo vean sus hijos. Esto también pasa en el mundo de los videojuegos donde existe el sistema PEGI.
Para muchos es una pegatina que no importa lo más mínimo ya que pasan de elegir los juegos que quieren con las recomendaciones de edad necesarias para su disfrute. Sin embargo, es importante para un correcto disfrute a todas las edades para las que está enfocado.
Qué es el sistema PEGI
Son muchos los ámbitos de trabajo donde se exigen ciertas certificaciones con las que garantizar un buen uso de unos materiales o que se tienen todas las calidades necesarias para dar un buen servicio a los usuarios. Sin embargo, hay sectores donde obtener esa calidad es más que obligatoria antes de que un producto salga al mercado. El ejemplo más claro es el de la Pan European Game Information, más conocida como código o sistema PEGI.
Durante más de 20 años la institución se ha dedicado a dar información clara sobre el contenido de un juego. Su forma de catalogarlos ha permitido informar tanto a padres como hijos de que un juego era o no adecuado para su edad según su contenido y no por la habilidad. A día de hoy sigue siendo un estándar a tener en cuenta y siempre aparece por alguna parte de la carátula de un juego.
Cuáles son las diferentes categorías
Te hemos hablado de que hay diferentes formas de catalogar un juego y todas son complementarias en el sistema PEGI. De hecho, se han modificado y adaptando con el paso de los años y los últimos movimientos del mercado hasta conseguir la forma que tiene ahora. Vamos a echar un vistazo.
Por edad
En este apartado se hace una estimación del público al que va dirigido un juego. Podemos estar ante un título para todos los públicos, solo para pequeños o grandes adolescentes hasta mayores de edad siempre indicado con una pegatina de color y el número de la edad a la que está dedicado. Se pueden diferenciar en:
- +3
- +7
- +12
- +16
- +18
Como puedes ver, hace diferencias entre tramos de niños y adolescentes, aunque puede que más de uno empiece a comprarse juegos de adultos al estar en el limbo que dejan los 18 años, aunque tampoco es raro encontrarse a jugadores muy precoces en el segmento de máxima restricción recomendada por edad como pueden ser los juegos de lucha o los simuladores criminales.
Por temática
El sistema PEGI no deja la clasificación al azar. La institución da una edad aproximada a partir de la cual es recomendable jugar a un juego, pero también da motivos por los que ha puesto esa calificación con etiquetas adicionales que siempre van en la parte trasera de los juegos. Esto hace que sea más sencillo hacerse una idea de su temática o de lo que te vas a encontrar:
- Violencia
- Lenguaje soez
- Discriminación
- Miedo
- Drogas
- Juego
- Sexo
- Incluye Compras
Este último ha sido una de las novedades más recientes y todo con la llegada de las microtransacciones, las cajas de botín y los DLCs. Es cierto que son el presente de la industria y la forma en la que muchos juegos logran obtener dinero, pero lo cierto es que tanto pequeños como mayores deben tener esta etiqueta para saber si se trata de un juego con algún tipo de contenido extra que se deba comprar para obtener alguna recompensa.
Conclusión: no todos los juegos son para todos
Como puedes ver, son muchas las consideraciones que tanto mayores como pequeños deben tener en cuenta cuando se trata de jugar a videojuegos. El sistema PEGI puede parecer muy estricto, especialmente para el público más joven que cada vez más se nutre de contenido en Internet que tal vez no es para edad ni por temática ni mucho menos por el lenguaje.
Es por eso que los padres o tutores legales deben estar al tanto no solo de las novedades del sector del videojuego, también del contenido de estos para valorar por qué tiene esa calificación y si es apropiado para su hijo ya adolescente en muchos casos. Es cierto que se trata de una recomendación, por lo que hay que tomarlo como una referencia para tomar una buena decisión sobre si un juego es o no apropiado.
