El refranero popular ha aportado frases e ideas tan certeras como la que manifiesta la necesidad de “renovarse o morir”. Esta frase puede aplicarse a todo tipo de ámbitos, pero, si hay uno que lo necesita especialmente, según los propios profesores españoles, es la universidad, y sobre todo teniendo en cuenta el papel fundamental que aportan hoy en día las tecnologías.
Adaptación a un ecosistema dinámico
La idea de renovar la educación en las universidades con las miras puestas en el progreso tecnológico es una necesidad imperiosa por la que algunos profesores se toman la libertad de “rebelarse” y plantear proyectos de investigación serios.
Durante el período de 2012 a 2013 el profesor Carlos A. Scolari, de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, coordinó un proyecto de investigación interno que pretendía precisamente ofrecer un enfoque preciso de esta situación y las posibles vías a tomar.
Scolari aclara que en la universidad se habla mucho de innovación y de crear emprendedores aprovechando las modas, pero que gran parte de estas declaraciones se quedan en el plano discursivo, la institución sigue reproduciendo sus propias prácticas.
La sociedad de hoy demanda una serie de productos educativos que no aportan las universidades, que se ven, en su mayoría, estancadas en contenidos, acusando una alarmante necesidad de renovación pedagógica.
Formación flexible y modular
Como comenta Scolari, la universidad sigue anclada en una sociedad industrial que está en vías de extinción. La sociedad de información en la que vivimos actualmente necesita ámbitos de formación más flexibles y modulares, que se puedan actualizar rápidamente.
El ejemplo es que si se propone un nuevo grado actualmente, dicho grado tarda unos tres años en estar operativo. Esto ha propiciado que aparezcan nuevos “actores” que sean capaces de aportar cursos o formas de educación más dinámicos, como las plataformas MOOC.
Las plataformas MOOC o los nuevos métodos de aprendizaje rápidos han nacido en la “periferia” de las facultades, fuera del alcance de las instituciones, y esto demuestra que, las necesidades que no cubran las propias universidades, siempre van a ser suplidas de forma externa y alternativa.
Scolari tiene claro que para renovar y plantear una universidad potente de cara al futuro, es necesario tener en mente una serie de conceptos que rompen con lo que tradicionalmente ha sido el método de enseñanza tradicional, es más, se trata de conceptos que ya se han llevado a la práctica con gran éxito en otros ámbitos.
Las zonas de colaboración, el futuro más viable
Las acciones más necesarias para enfocar el futuro de la universidad, según el profesor Scolari, son formar pedagógicamente al profesorado y reducir la burocracia creando “zonas libres de protocolos”.
Las “zonas libres de protocolos”, aunque suenen como algo utópico, se usan actualmente en empresas de gran calado tecnológico como Google. Google permite a sus empleados que dediquen parte de su tiempo a proyectos personales.
Las dinámicas pedagógicas de las universidades se limitan por espacios “duros” diseñados para una transmisión lineal de conocimiento, sin excepciones. Si se diseñaran espacios de forma colaborativa para crear ámbitos de trabajo flexibles y adaptables a las distintas situaciones de aprendizaje, todos saldrían ganando.
Otra idea muy interesante es la de que los trabajos finales se conviertan en interdisciplinarios, y puedan colaborar en ellos alumnos de diferentes titulaciones y facultades. Experimentar con itinerarios de formación personalizables y con formatos más breves de enseñanza también sería una gran vía de futuro, al menos eso es lo que nos dejan claro las MOOCs.
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