En los últimos años en la Tierra se han vivido números accidentes geográficos que han conmocionado al mundo. Uno de los más sonados tuvo lugar hace nada menos que dos años, cuando la isla de La Palma sufrió los estragos de un volcán que estuvo activo durante casi tres meses. Ahora, el mundo está conmocionado por lo que está pasando con el volcán Grindavik en Islandia, que entró en erupción hace dos días.
Lo malo es que no hay forma humana de pararlo más allá de que se calme con el tiempo, mientras la gente contempla sus estragos. Eso por no hablar de que este tipo de acontecimientos van de la mano de problemas climáticos como vamos a ver a continuación.
Los problemas climáticos de un volcan
Estamos acostumbrados a que los diferentes gobiernos del mundo tengan controlados todo lo que es necesario para prevenir problemas en el medioambiente. El problema es grave y todo lo que esté en manos humanas ha de hacerse en pos de proteger el planeta de problemas como el calentamiento global.
Sin embargo, hay cosas en las que el ser humano no tiene control como son los volcanes. Las erupciones son violentas, por no hablar de que los ríos de lava que fluyen son constantes hasta que finalice. Y esto trae consigo numerosos problemas con los que no solo la gente local tiene que lidiar, también hay problemas que afectan a todo el mundo.
Problemas con el CO2
Uno de los mayores problemas que existen con una erupción volcánica es la emisión de CO2. Esto por no hablar de otros materiales como el dióxido de azufre o el ácido sulfúrico. Estos se quedan en las partes baja y media de la atmósfera reflejando los rayos de sol, consiguiendo así que haya problemas con las bajadas de temperatura en la Tierra.
Sin embargo, se cree que las erupciones del pasado eran mucho más violentas que las actuales y provocaban cambios mucho más bruscos. Además, es importante medir la magnitud de dichas erupciones, las cuales se suelen medir con algunas de las más grandes conocidas, en cuyos casos se generan millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.
No son tan graves como parecen
Puede que más de uno se lleve las manos a la cabeza cuando ve alguna erupción en el mundo, pensando que va a tener consecuencias climáticas irreversibles. Pero nada está más lejos de la realidad ya que se trata de acontecimientos esporádicos.
Y es que, por mucho que dura una erupción, esta solo puede suponer una pequeña ‘contribución’ al calentamiento global si lo comparamos con la actividad humana. El uso de combustibles fósiles y la emisión de gases invernadero sigue siendo una enorme losa que pesa sobre la humanidad, hasta el punto en que estamos donde la Tierra nos está advirtiendo de que hay que cambiar cuanto antes.
