Llevamos años escuchando a los diferentes gobiernos del mundo hablar sobre las medidas que se van a tomar para evitar el calentamiento global. Algunos parece que tienen las cosas claras y ya están moviendo sus fichas para que en unos años se cumplan los objetivos de un menor impacto al medio ambiente con menos emisiones de gases nocivos, entre otras medidas. Sin embargo, todo parece indicar que los cambios realizados son todavía pocos dados los datos del último año.
Es un hecho que este verano hemos sufrido una de las olas de calor más fuertes de todos los tiempos. Para algunos, cambiar el progresivo aumento de las temperaturas es algo ya irremediable, eso teniendo en cuenta de que hay compromisos medioambientales que están lejos de cumplirse.
Necesidad urgente de cambio
Esto es lo que describe Sophie Boehm, una de las rastreadoras de tendencias climáticas para el Instituto de Recursos Mundiales. “De cara al balance global, los gobiernos deben tener la vista clara ante este progreso mediocre para poder iniciar una corrección de rumbo que se necesita con urgencia”, según lo que recoge Nature en sus líneas.
Las declaraciones son duras, pero no hay más que ver que en 2022 las temperaturas aumentado 1,3ºC por encima de los niveles acordados. Eso sin contar con los de este año, que se prevén peores y esto es en parte porque los compromisos de los diferentes países no han cumplido con las exigencias en este ámbito. De hecho, uno de los grandes problemas sigue siendo la emisión constante y en aumento del dióxido de carbono.
Este no es un problema desconocido para nadie, pero lo que queda claro es que en los últimos años ha seguido aumentando hasta meternos en una situación en la que el cambio climático se ha hecho cada vez más evidente. En uno de los cuadros que comparte el medio podemos apreciar que fue durante el año de la pandemia, 2020, cuando más avances han habido en este sentido. Esto es más que evidente, ya que con un parón casi total del transporte se apreció una reducción del 7% en ese año.
Pero a esto hay que añadir patria problemática y es la ineficiencia de las políticas de eliminación de carbono actuales. El impacto de estas está produciendo problemas como la pérdida de tierras agrícolas, necesarias para el abastecimiento alimenticio de las personas entre otras cosas. Es cierto que ha habido mucha inversión destinada a la creación de puestos de obtención de energía limpia, lo que ayuda al sector energético en gran medida, pero que todavía no es suficiente para sacar buen provecho de ellas sin tener efectos colaterales.
Todavía hay esperanza
Si, es cierto que parece que frenar el calentamiento global puede parecer una tarea crítica, pero todavía se pueden hacer cosas para paliar sus efectos. Como sabrás, cada vez hay más fabricantes que apuestan por el motor híbrido o eléctrico en el sector del automóvil, lo que reducirá el consumo de combustibles fósiles hasta 35 mil millones de toneladas para 2030. Es cierto que las medidas a tomar se necesitan ya, pero en este sentido hay que pensar que las decisiones que se tomen ya tendrán un impacto en el largo plazo positivo.
Por otro lado, una mayor inversión en la producción de una energía más limpia ayudaría a tener muchas más posibilidades de que reducir el calentamiento de la Tierra. Para eso se necesita que la obtención de energía sea fluida en su obtención, almacenamiento y distribución, por lo que habría que ampliar las redes de transmisión. Según Sally Benson, ingeniera energética de la Universidad de Stanford en California, “esas cosas juntas permitirán lograr una reducción del 50% en las emisiones, y eso es motivo de esperanza”.
