Estamos rodeados constantemente de fórmulas físicas que en algún momento fueron descubiertas y nombradas y por algún estudioso cuya intención era dar una respuesta, algo que en principio parecería cosa de magia. Algunos elementos han sido realmente evidentes a la hora de estudiarlos, como fue el caso de la gravedad, aunque eso nos parece ahora, pero otros han recibido de avances tecnológicos mucho más importantes, como es el caso del efecto Meissner que tiene una gran repercusión en la tecnología moderna.
Puede que su nombre no te suene de nada, pero lo cierto es que las aplicaciones que tiene para la física esta fórmula han ayudado en gran medida a entender el motivo por el que los trenes del futuro se pueden mover sin necesidad de tener ruedas.
Un descubrimiento más antiguo de lo que parece
Muchas de las tecnologías modernas nos parecen precisamente eso, hallazgos realizados hace poco y cuya aplicación es tan novedosa que parece traída del futuro. Pero la realidad es bien distinta y es que son muchos los investigadores que han tratado de dar soluciones a muchos problemas a los que los usuarios tienen a día de hoy.
Y es precisamente esto lo que ocurre con el efecto descubierto por Walter Meissner en 1933. Sí, aunque no te lo creas, esta teoría ha cumplido algo más de noventa años, pero su aplicación no se ha llevado a cabo hasta hace relativamente poco.
Podría definirse como un fenómeno propio de los materiales conductores que están expuestos a una temperatura crítica específica con la que consiguen exponer un campo magnético desde el interior de otro material semiconductor cercano. El resultado se percibe como un distanciamiento entre los materiales debido al magnetismo que hay entre ellos y que consigue que se repelen. Si no ponemos un poco más físicos, esto se produce porque los electrones fluyen sin necesidad de una resistencia eléctrica, haciendo que haya pequeñas corrientes en la superficie del material.
La explicación de los sistemas Maglev
Como puedes ver, el efecto Meissner está muy ligado a la aplicación de materiales metálicos y otros que a día de hoy forman una parte activa y muy importante dentro de la tecnología de a pie que son los semiconductores. Gracias a estos materiales se puede transmitir energía eléctrica de una manera muy eficiente, lo que ayudan a que los sistemas eléctricos de los teléfonos móviles hasta de los vehículos que circulan por nuestras calles sea mucho más fiable. Sin embargo, la aplicación de esta teoría va mucho más lejos tanto como la velocidad que pueden obtener muchos de los trenes de Asia.
¿Y por qué nos centramos en estos trenes? Pues básicamente porque son aquellos que utilizan una tecnología moderna conocida como Maglev la cual se conoce como un sistema de levitación magnética que se consigue gracias a los materiales superconductores que se colocan en la parte inferior de los vagones de un tren y que consigue que estos floten literalmente sobre las vías por las que circulan creando campos magnéticos y corrientes por las que se pueden desplazar sin ningún tipo de rozamiento.
Precisamente al no provocar ninguna fricción entre los materiales de la vía ni del coche las velocidades se pueden disparar a más de 600 km/h y todo en dirección hacia delante y mejorando no solamente el mantenimiento de estos aparatos sino también que permite mucho confort tanto a los pasajeros que circulan en su interior como a los viandantes de las vías cercanas, ya que hacen que el tren se desplace prácticamente en silencio.
Por si fuera poco también ayuda a la seguridad impidiendo que el tren se salga de la vía, por lo que le debemos a este efecto uno de los hallazgos a nivel de transporte más importante de los últimos años.
Un futuro difícil de superar
Probablemente, el efecto Meissner es una de esas teorías que pueden permanecer intactas a lo largo de los años. Con esto queremos decir que podría considerarse como una de las bases de la física para dar explicación al porqué se opta por un sistema de transporte de esta clase y no de otro aunque podría ser que el día de mañana se estudie la forma de utilizar nuevos materiales que apoyados en esta teoría ayuden a mejorar las condiciones de los trenes del futuro que se desplazan por la vía prácticamente mediante la levitación magnética.