Para muchos el mero hecho de la existencia se reduce a partículas y moléculas. Estas se unen formando todas las cosas que hay en nuestro alrededor, desde nosotros mismos hasta el aire que respiramos. Sin embargo, no todos los elementos son tan abundantes en la tierra y hay algunos que son realmente escasos. De hecho, no hablamos ni siquiera de metales, sino de otros elementos, como es el caso del Astato, uno de los elementos que se pueden encontrar en la Tierra, pero que entran al grupo de los más extraños.
Apenas permanece en estado físico durante unos segundos y aunque existe de manera natural, el ser humano ha tenido que crearlo de manera artificial para aprovechar sus bondades.
Un elemento del que solo hay 25 gramos cada minuto en el universo
Si echamos un vistazo a la tabla periódica encontraremos todos los elementos de los que está compuesto todo lo que nos rodea. Podemos encontrar un montón de elementos tanto metales como no metales, pero hay otros que son radiactivos y cuya manipulación entra ya un peligro en mayor o menor medida para la propia vida. Y justo en este campo de los que son radiactivos encontramos este del que te vamos a hablar cuyo nombre viene de la palabra griega astathís que significa inestable.
Como ya hemos comentado en el título de esta entrada, hoy vamos a hablar del Astato, conocido por ser el elemento número ochenta y cinco de la tabla periódica y que encontrarás por su símbolo At, además de ser el más pesado de los elementos halógenos. Con estas características ya te puedes imaginarlo lo peligroso que puede ser para la vida, pero si te damos el dato de que se produce a partir de la degradación del Uranio, el Torio o el Francio puede que lo entiendas mejor.
Su descubrimiento tiene más de ciento cincuenta años y todo fue gracias al químico ruso Dimitri Mendeléyev, quiere en su tabla periódica observó que había una secuencia en la que todavía había elementos que no habían sido descubiertos. Sin embargo, su hallazgo es más posterior, tanto que se ha necesitado un acelerador de partículas para crearlo y estudiarlo.
Te preguntarás cómo es esto posible y todo se reduce a que se trata del material más escaso del Universo. A diferencia de otros elementos, de los que sí que se conoce de forma y color, de este que no se conoce nada en absoluto, ya que apenas dura 56 segundos en el mundo. Y es que este elemento se degrada poco a poco hasta que deja de existir motivo por el que no se puede encontrar tan fácil como el resto de los elementos como puede ser el uUanio del que te hablábamos antes el Oro o la Plata por poner algunos ejemplos.
Por eso, como ha ocurrido con otros elementos, ha sido necesario utilizar un acelerador de partículas para poder crearlo de manera artificial, aislarlo y poder estudiarlo detenidamente para conocer sus propiedades.
Para qué se usa el Astato
Como te hemos comentado antes de manera natural es imposible manipular y controlar el astato pero eso no significa que no se pueda crear. De hecho, a día de hoy tiene un uso muy importante debido a que sus isótopos pueden crear radio fármacos para muchas terapias para curar enfermedades como es el cáncer. Sin embargo, no deja de ser un elemento con el que hay que ser muy precavidos.
Sí es cierto que es uno de los materiales más radiactivos del planeta, pero no encontrarse en cantidades grandes en el mundo nunca presenta ninguna clase de riesgos para la biosfera. Sin embargo, para una persona sí que puede suponer un problema aunque sea en dosis muy pequeñas. Es cierto que es un halógeno de muy alta radiactividad y a pesar de que se puede utilizar para tratamientos oncológicos se estima que su uso se puede acumular en la glándula tiroidea como ocurre con el yodo. Como sabrás este material es capaz de controlar el metabolismo del cuerpo y otras funciones importantes, pero un exceso de este puede causar inflamación de dicha glándula y como poco síntomas de ardor en la boca la garganta en el estómago además de producir fiebre e incluso un coma en el peor de los casos.
