Los teléfonos móviles plegables son una de las tendencias más innovadoras del mercado actual. Estos dispositivos permiten tener una pantalla grande que se puede doblar y guardar en un espacio reducido, ofreciendo una mayor portabilidad y versatilidad. Es como si lleváramos una tablet y un smartphone en el mismo bolsillo o, si optamos por uno que herede el formato concha de los teléfonos más clásicos, tener un terminal con un display enorme, ocupando la mitad de espacio.
Sin embargo, lo que más llama la atención de estos quipos es la posibilidad de abrirse y cerrase miles de veces, plegando la pantalla una y otra vez, sin que estas lleguen a romperse. ¿Qué materiales y tecnologías se utilizan para lograr este efecto?
Pantallas OLED r-evolucionadas
Las pantallas plegables se basan en la tecnología OLED que, más allá de ofrecer negros más puros y todo lo que ya conocemos de sobra, hay que saber en qué consisten. Son paneles creados en torno a un diodo que se basa en una capa electroluminiscente formada por una película de componentes orgánicos que reaccionan, a una determinada estimulación eléctrica, generando y emitiendo luz por sí mismos. Esto significa que no necesitan una fuente de luz externa como los paneles LCD o LED, lo que les permite ser más delgados, ligeros y, lo más importante, flexibles. 
La flexibilidad de las pantallas OLED se debe a que la capa que reacciona a la luz es extremadamente fina. Tanto que se puede doblar sin romperse. Sin embargo, esta capa no es suficiente por sí misma para crear una pantalla plegable, ya que necesita estar protegida por otras capas que le den resistencia y estabilidad.
Por un lado hace falta una película de plástico que cubre la superficie de la pantalla y la protege de arañazos, golpes y suciedad. Esta capa es transparente y tiene propiedades táctiles, lo que permite interactuar con la pantalla mediante el dedo o un lápiz especial. También han falta una capa de metal que sirve de base para la pantalla y le da forma y estructura. Esta capa tiene unas bisagras o mecanismos que permiten doblar la pantalla en diferentes ángulos sin dañarla. Finalmente tenemos el circuito impreso que conecta los componentes del panel encargados de conducir la electricidad por el mismo. Esta capa también es flexible y se adapta al movimiento de la pantalla.
Estas tres capas forman el conjunto de la pantalla plegable, que se integra en el diseño del teléfono móvil. El Moto Razer 2023 es un ejemplo de cómo se puede aprovechar esta tecnología para crear un dispositivo compacto y funcional. Este teléfono tiene una pantalla plegable de 6,8 pulgadas que se puede doblar por la mitad, quedando como un teléfono clásico con tapa. Cuando se abre, la pantalla ocupa todo el frontal del teléfono, ofreciendo una gran superficie para ver vídeos, jugar o navegar por internet. El Moto Razer 2023 también tiene una pequeña pantalla externa de 2,7 pulgadas que muestra información básica como la hora, las notificaciones o el control de música cuando el teléfono está cerrado.
La clave está en la bisagra
El Moto Razr 2023 utiliza un sistema de bisagras llamado Zero Gap Hinge que permite doblar la pantalla sin dejar ningún espacio entre las dos partes. Esto evita que se forme un pliegue visible en el centro de la pantalla y mejora la durabilidad del dispositivo además de que permite que se vea mejor desde todos los ángulos, evitando que aparezca un sombreado en torno a la mitad como sucede con otros equipos plegables. Además, el teléfono tiene un sistema de tensión dinámica que ajusta la rigidez de la pantalla según el ángulo de apertura, lo que evita que se produzcan arrugas o deformaciones en la superficie.
Aunque el Moto Razr 2023 es uno de los teléfonos plegables más avanzados del mercado, no es el único. Otras marcas como Samsung, OPPO, Huawei o Xiaomi también han lanzado sus propios modelos con pantallas flexibles que se doblan una o dos veces, ofreciendo diferentes formatos y tamaños. Estos dispositivos están destinados a cambiar el mercado de la telefonía y han sido sometidos a diferentes pruebas de plegado para asegurar su durabilidad en el tiempo, logrando alcanzar cifras tan impresionantes como 10000 flexiones de pantalla.
