La inteligencia artificial es una de las novedades tecnológicas que más llama la atención a los usuarios. A día de hoy contamos con diferentes programas con los que es posible encontrar respuestas definidas con una lógica similar a la humana, pero lo cierto es que todo tiene un coste. Y no, no hablamos de lo que te puede costar usar la última versión de ChatGPT, sino del coste energético que supone mantener estos programas.
Como te puedes imaginar, la inteligencia artificial es un software que se almacena en un ordenador remoto y que te presta apoyo con todas las preguntas que tengas. Y es por eso por lo que las compañías desarrolladoras deben tener mucho cuidado con el sobre coste que puede tener el uso de estos ordenadores remotos.
Un proceso de gran consumo
Te vamos a poner un ejemplo muy común en estos días. Es casi imposible encontrarte con una persona que no tenga acceso a un smartphone, un dispositivo empleado para el uso de toda clase de tareas y que requiere de una pila para funcionar allá donde vayas. El problema de esto es que cuanto más lo uses y más exigentes sean los programas utilizados más consume, lo que invita a cargar antes el aparato.
Ahora imagínate esto a gran escala, con muchos ordenadores conectados a internet y con un programa que es capaz de aprender cosas con cada pregunta que el lance una persona y dar una respuesta diferente cada vez. Esto sin contar de la capacidad para generar imágenes tomando como referencia otras que encuentra en la Red. Y todo esto conectado a una red eléctrica que, si eres de los que paga facturas, sabrás que tiene un coste importante y muy variable.
Resulta que, según lo que comentan en TechExplore, el uso de la inteligencia artificial ha disparado el consumo eléctrico en muchas compañías. Resulta que se dividen en dos fases, una de aprendizaje y otra de mantenimiento diario, los cuales pueden llegar a cifras de hasta tres dígitos.
Para que te hagas una idea, una IA de generación de texto puede consumir algo más de 430 MWh durante su entrenamiento. Sin embargo, en el caso de la conocida ChatGPT, nos encontramos con que el mantenimiento diario la cuesta a OpenAI casi 565 MWh al día. ¿Y esto es mucho? Lo cierto es que sí, porque el estudio indica que la primera cifra es el consumo anual aproximado de 40 hogares.
Un consumo que no parará de crecer
Con una herramienta tan prometedora, es imposible no pensar que la IA se va a quedar atrás en los próximos años. Los usuarios seguirán usándola para todo tipo de preguntas, sus respuestas serán mejores y, por lo tanto, el consumo será mucho mayor. El autor del estudio, Alex de Vries (Candidato en la Vrije Universiteit Amsterdam) afirma esto diciendo que “si tenemos en cuenta la creciente demanda de servicios de IA, es muy probable que el consumo de energía relacionado con la IA aumente significativamente en los próximos años”.
De hecho, sus estimaciones son muy altas, tanto que pone un aumento de entre 85 y 134 TWh al año si todo sigue a su ritmo actual. Para que te hagas una idea, esto es algo más de 2,5 veces más lo que gasta Google al año con el uso de Bard, lo mismo que puede gastar Irlanda entera en ese mismo año.
