El tema energético está muy candente en España. Por un lado, está la defensa a ultranza de la apuesta por las energías renovables y convertir a nuestro país en un referente sólido en el segmento. Sin embargo, muchos de los que defienden esta postura son los que quieren abolir de una vez por todas las centrales nucleares que, aunque no lo parezca, nuestro país también produce este tipo de energía y es de las más potentes que tiene para obtenerla.
Para muchos, se trata de una energía que tiene que desaparecer por los riesgos que podría tener en caso de mal funcionamiento crítico, pero la realidad es que hay diferentes elementos que la convierten, de hecho, en una de las más seguras. Uno de esos elementos de protección son los recombinadores de hidrógeno pasivos que son capaces de proteger una central nuclear de uno de los fallos más importantes.
Qué son estos aparatos
Una de las cosas de producir energía a gran escala no se centra solo en cómo se va a obtener y almacenar, sino en prevenir todos los acontecimientos que pueden suceder para garantizar el correcto funcionamiento y la protección de la planta de energía que genera uno de los materiales más reactivos como es el hidrógeno. Por si no lo sabías, este es uno de los materiales más corrientes derivados de la fusión del combustible y si hay un fallo lo porque puede pasar es que se desaten explosiones de hidrógeno dentro del reactor.
Si, el panorama en este sentido es uno de los más temibles, pero todavía hay esperanza para evitar este tipo de problemas y que se desemboque en un fallo realmente grave a todos los niveles. Esta solución son los recombinadores de hidrógeno pasivos. Se trata de un dispositivo contienen placas o pellets recubiertos con un catalizador de platino o paladio que se encarga de capturar las moléculas de hidrógeno y combinarlas con el oxígeno del ambiente para generar agua.
De esa manera se previenen las explosiones de hidrógeno, por lo que se trata de un sistema de prevención capital para cualquier central nuclear que haya en el mundo y en la que no ocurran grandes catástrofes como pasó con la central de Fukushima.
Uno de los eventos por los que son pasivos en vez de eléctricos
Es triste reconocer que en ocasiones se aprende más por las desgracias que por mejor ingenio y este es uno de los casos más importantes que han pasado en la historia de la energía nuclear. Resulta que estos recombinadores han estado presentes desde siempre en las centrales nucleares, pero resulta que la de Fukushima es una de las más importantes por la enseñanza en materia de seguridad que aportó en este sentido.
El día de su estallido, los recombinadores eléctricos no funcionaron como es debido ya que usaban generadores de combustión diesel para que las diferentes cargas entrasen en funcionamiento para mantener el reactor estable tras el seísmo que sufrió. Con lo que no contaron fue con el tsunami posterior, que fue justo lo que no se esperaba. La masa de agua arrasó los generadores, dando como consecuencia que el sistema de refrigeración dejase de funcionar y provocando la explosión.
Como puedes ver, la importancia de los recombinadores es capital y este desastre enseño a que estos aparatos debían ser pasivos y funcionar de tal forma que ayuden a limpiar de hidrógeno el reactor lo antes posible sin necesidad de depender de una fuente extra de energía para funcionar en cualquier parte del planeta.
