Los misiles forman parte de la munición más común en el armamento de un ejército. Su presencia es una señal inequívoca de que el conflicto ha alcanzado una gravedad importante, ya que se trata de armamento pesado, se mide por donde se mire. Lo que puede que no te hayas dado cuenta es que esta munición dispone de diferentes formas hasta el punto de utilizarse diferentes juntas según la necesidad del vehículo que los lanza.
Cualquiera podría pensar que estos aparatos solamente tienen una forma y que las diferencias se encuentran en su longitud y tipo de munición que hay en su interior, pero lo cierto es que la parte frontal tiene mucha importancia cuando se trata de alcanzar según qué tipo de objetivo.
No todos los misiles son iguales
La munición de los diferentes vehículos de combate difiere mucho según sus características. De hecho, no es lo mismo lanzar un ‘fox’ desde un avión a una batería de cohetes de artillería colocada sobre la tierra. Quienes mejor conozcan estas situaciones son los soldados de los diferentes ejércitos que participan en conflictos armados y que por desgracia están expuestos de manera constante al asedio de un bando enemigo contra el que luchan
Tanto por tierra, como mar o aire. Precisamente estas tres áreas tienen una importancia capital a la hora de abastecer la munición a cualquier aparato que lo necesite para defenderse o atacar según el campo de batalla.
Cuando se trata de utilizar misiles podemos encontrar diferentes tipos de misiles según su composición y tipo, lo que influye de manera determinante el tipo de punta que se va a utilizar.
Aerodinámica vs funcionalidad
Probablemente, esta es la pregunta que muchos miembros de las fuerzas armadas se hacen cuando se trata de armar un vehículo y con una determinada clase de misiles. Son muchos los estilos que hay disponibles, pero a ojos de cualquier persona solo los hay de punta redondeada o acabada en pico. Su construcción es importante y responde a estos dos términos con los que la construcción cambia y mucho.
Punta afilada
Como le pasa a cualquier aeronave, cuando mejor sea el diseño mejor volará por el cielo. El motivo es tan sencillo como respetar la aerodinámica ofreciendo menos resistencia al aire, logrando una velocidad realmente alta. Junto con un propulsor lo suficientemente potente, seguro que esta pieza de munición se convierte en una de las más letales que surcan los cielos.
Resulta que los misiles con punta afilada son los que vuelan más rápido y aunque también disponen de sensores e información en su interior para orientar su objetivo, el motivo de su construcción es hacer que persigan elementos que se mueven a gran velocidad. Es por eso que se usan en misiles supersónicos y en aquellos que se usan para derribar naves que van a gran velocidad u otros misiles rápidos.
Punta redondeada
Realmente no se encuentran una estructura realmente redondeada, ya que algunos modelos tienen una pequeña punta en la parte central con la que obtienen algo de aerodinámica y los hace más estables. Lo realmente está en el interior de este apartado, ya que no solo cuenta con la carga explosiva que se acciona con el impacto de este sobre el objetivo.
La intención de estos cohetes no es otra que la de mejorar la maniobrabilidad del aparato, lo que hace que la persecución de un objetivo sea mejor en situaciones donde es mejor alcanzar un objetivo que hacerlo de manera rápida. Por eso son radares de precisión, más lentos, pero con mucha capacidad a nivel funcional y todo gracias a los sensores que cuenta justo en la parte frontal.
Tanto radares de pulsos como detectores de calor o de fijado previo se esconden justo detrás de la cabeza de este dispositivo pensado para un alcance efectivo. Por eso son perfectos para llevar en lanzacohetes de precisión o incluso en helicópteros, ya que no requieren de un lanzamiento realmente rápido sino de un alcance efectivo.