Flipped classroom. ¿Has oído hablar alguna vez de ese término? En español se podría traducir como “aula invertida” y es una innovación pedagógica que busca motivar más a los estudiantes, fomentar su interés por aprender cosas nuevas, a través de un entorno colaborativo. Con este modelo, se acabó la clase tradicional en la que el profesor explica un tema durante la hora lectiva, los alumnos lo estudian en casa y luego se examinan de sus conocimientos.
El examen final no se pierde, pero el camino para llegar a él se vuelve un poco diferente. Podría decirse que sigue un poco la tendencia del blended learning, la mezcla en algunas universidades de clases presenciales con otras a distancia por internet para facilitar que determinados alumnos puedan seguir los cursos sin problemas. El aula invertida, sin embargo, está aplicándose ya desde el colegio.
Flipped classroom y el vídeo educativo
¿Cómo funciona el aula invertida? Requiere un mayor compromiso tanto de docentes como de alumnos para que tenga éxito, porque consiste en que el profesor les ofrece a los estudiantes vídeos u otro material audiovisual sobre el tema que están estudiando para que los vean en casa. Así, en clase, se cambia la manera de abordar la enseñanza de dicho tema, pasando a ser más una discusión sobre lo que se ha visto en casa, o un taller de realización de diversos proyectos que pongan en práctica esas enseñanzas.
De este modo, se pasa más a un aprendizaje colaborativo y bidireccional en el que el profesor ya no es el centro de la clase, y que pone mucha más responsabilidad sobre los hombros de los alumnos, en los que se confía implícitamente para que la flipped classroom pueda tener éxito. También exige bastante más de lo habitual del docente, que tiene que preparar más la lección con vídeos o hasta buscando expertos que den una charla a los estudiantes.
El aula invertida es un método pedagógico muy flexible y que puede ser muy accesible para los alumnos y hasta para sus padres, siempre y cuando tengan a su disponibilidad la tecnología necesaria para ello. El aprendizaje colaborativo puede fomentar la curiosidad y la motivación de los estudiantes por aprender, aunque también hay quien apunta que, para presentarse a los exámenes finales, hay que complementarla con métodos de estudio más tradicionales.
¿Dónde se usa el aula invertida?
Este nuevo método de enseñanza empezó a utilizarse más asiduamente en algunas universidades de Estados Unidos. La universidad Penn State dedica simposios a la flipped classroom y en la de Harvard, un profesor de físicas terminó desarrollando su propia web para realizar sus clases invertidas, Learning Catalytics, que hace un par de años adquirió el gigante en material educativo Pearson.
En España existe una web, The Flipped Classroom, que ofrece material y recomendaciones a los profesores que quieran emplear este método en sus clases, incluido un ejemplo de preparación de una clase invertida. Desde las primeras lecciones en PowerPoint grabadas en 2007 por Jonathan Bergmann y Aaron Sams, dos profesores de química del Instituto Woodland Park (Colorado) que querían ofrecer esos vídeos a los estudiantes que no habían podido asistir a sus clases, la metodología ha ido evolucionando e incorporando las nuevas innovaciones tecnológicas.
Las aplicaciones de todo tipo para el móvil permiten que los alumnos puedan ver los vídeos en cualquier lugar antes de ir a clase, y los profesores pueden jugar con videoconferencias, infografías, charlas, etc. La idea sigue siendo la misma, que el foco de la clase se centre sobre el alumno y cómo asimila y utiliza esos conocimientos. Implica una mayor confianza en la responsabilidad de todos los implicados, pero también puede tener interesantes resultados.
Imagen | Marc Wathieu