Para el común de los usuarios un ordenador solo puede tener un sistema operativo con el trabajar con las diferentes aplicaciones que tiene instaladas. En la teoría esto funciona si, pero en la práctica es todo lo contrario gracias a que existe una cosa que se llama máquina virtual que puedes instalar en tu equipo con Windows 11.
Lo mejor de todo es que lejos de considerarse como una herramienta para desarrolladores, cualquier usuario puede hacerse con una copia con la que trabajar en su máquina sin miedo a que esta de deje funcionar en un momento determinado.
¿Qué es una máquina virtual para tu ordenador?
Son muchos los sistemas operativos que hay funcionando en el mundo de los ordenadores y algunos dependen muchos del tipo de usuario que los usa o incluso del hardware. Y es que para muchos es inconcebible que un ordenador pueda ejecutar dos sistemas operativos, mucho menos si se trata de dos empresas rivales como Microsoft y la manzana mordida o incluso Linux.
Si, esto es posible, pero nosotros nos vamos a centrar en el uso de una máquina virtual en Windows. En esencia, se trata de un programa que es capaz de ejecutar un software base con el que el usuario tiene la posibilidad de hacer todo tipo de pruebas sin sacrificar las características de su dispositivo o la pérdida de información de este.
De esta manera es posible hacer todo tipo de pruebas o ver qué se cuece en versiones superiores si es que la versión que descargaste es superior a la que tienes instalada.
¿Cómo se puede instalar una máquina virtual?
Lo primero que debes saber es que los usuarios que buscan disponer de una máquina virtual en su ordenador es que no sirve con tener una ISO descargada y leerla en tu dispositivo. Eso sería lo lógico e ideal, pero estamos hablando de una característica que no se va a ejecutar como un sistema operativo de base en tu ordenador.
Para eso están las máquinas virtuales, para abrir una ‘sección especial’ para tu dispositivo. Para eso necesitas crearlo a través de alguna aplicación como puede ser Parallels, una de las más conocidas, o incluso Hyper-V que es la máquina virtual que Windows trae por defecto instalada si tienes la versión Pro, Enterprise o incluso Education.
Por suerte, en el caso de Windows, Microsoft pone a tu disposición todas las máquinas virtuales para hacer las pruebas que quieras en el entorno de Windows 11 con las actualizaciones que están por venir. Entre las características que incluye la compañía de Redmond en su versión de pruebas, encontramos que se trata de una versión de pruebas de Windows 11 para empresas, por lo que puede que no encuentres algunas características que si que tienes en la versión Home.
Además, dispondrás de otras mejoras como la posibilidad de instalar un subsistema para Linux en Ubuntu además del modo desarrollador habilitado y el terminal de Windows instalado por defecto. En definitiva: el espacio de experimento estará a tu disposición para hacer todas las pruebas que quieras con tu equipo y ver cuáles son las mejoras y los errores que la compañía tiene que corregir en sus próximas versiones.
Por ese motivo, puede que te encuentres con alguna funcionalidad bloqueada por defecto, pero en el entorno más general tendrás un sistema operativo limpio listo para usarse. Y cuando decimos esto es con total conocimiento de causa ya que puedes instalar todas las aplicaciones que necesitas para trabajar sobre el sistema operativo y comprobar la compatibilidad de dichas aplicaciones o su optimización.
Si hay fallos, no te juegas tu ordenador
Ahora que ya entiendes cómo funciona y qué son las máquinas virtuales de Windows tenemos una buena noticia que darte. Y es que, como te hemos comentado antes, se trata de una versión de pruebas del sistema operativo de los de Redmond, por lo que puede que te encuentres algún que otro fallo.
El problema es que esos fallos pueden dañar el hardware en casos muy puntuales por procesos que acaban reiniciando la máquina de manera inesperada y pueden borrar datos que tengas en su interior.
La buena noticia de esto es que no tienes nada de que preocuparte por el hecho de que solo se apagará la máquina virtual y tu ordenador seguirá funcionando como si nada. En el fondo, es como si un programa dejará de funcionar de manera inesperada, por lo que tu máquina no sufrirá daño alguno.
Como última recomendación, recuerda que si trabajas desde una máquina virtual guardes tu trabajo en un disco duro externo por el motivo que te comentábamos antes. De esa manera, si hay algún error, no perderás tus datos de trabajo.
