En contra de la creencia general, los motores se miden en litros, puesto que indican el volumen de la suma de todos los pistones que el motor utiliza en un coche. Pero, ¿para qué sirve conocer esta información y cómo afecta a la eficiencia de nuestro vehículo?
Cuando queremos conocer la eficiencia y el rendimiento de un vehículo, uno de los aspectos que tienen un mayor peso a la hora de realizar el cálculo es la cilindrada. Pese a que establecer una relación entre este concepto y su rendimiento es algo complejo, la realidad es que es fundamental para conocer el comportamiento que va a tener nuestro vehículo en carretera. No obstante, esto no quiere decir que los litros de nuestro motor sean determinantes, aunque sí muy importantes.
Cuando entendemos cómo la cilindrada puede llegar a afectar en términos de rendimiento y de eficiencia, es mucho más sencillo poder tomar una decisión de compra de nuestro próximo vehículo. A continuación te contamos todo lo que tienes que saber al respecto.
La cilindrada de nuestro vehículo
Vamos a comenzar describiendo qué es la cilindrada y cómo conocer esta información puede ayudarnos, a posteriori, a saber cómo de eficiente será el vehículo que estamos valorando comprar. Mediante el concepto de cilindrada hacemos referencia al volumen total que suman todos los cilindros de un mismo motor. Como sabes, se expresan en litros o, en su defecto, en centímetros cúbicos.
La cilindrada tiene un impacto directo en el rendimiento de nuestro vehículo, puesto que un motor con mayor cilindrada va a ser capaz de producir mucha más potencia que uno que tenga peores prestaciones. Sin embargo, esto no quiere decir que a mayor cilindrada, mayor será la eficiencia del vehículo en cuestión en términos energéticos. Entonces, ¿de qué depende la eficiencia?
La eficiencia y la cilindrada del motor
El consumo de combustible de nuestro coche dependerá de la cilindrada, pero no estará determinado por este término. Es decir, existen más conceptos que son tanto o más importantes y que también van a influir en el consumo general. Sin embargo, es habitual que esta sea la relación más común para relacionar ambos conceptos.
En términos generales, conviene tener en cuenta que un motor de mayor cilindrada consume más combustible que un motor más pequeño, puesto que va a necesitar una mayor cantidad de combustible para poder funcionar de manera correcta y, así, generar la combustión.
Pero, ¿la relación siempre es así? Efectivamente, a medida que la tecnología ha ido avanzando y cada vez nos encontramos con más opciones para añadir a nuestro vehículo en términos de eficiencia, por lo que no siempre se cumple la relación y debemos tener en cuenta más elementos. El ejemplo más claro son los motores turbo, más eficientes que los que motores de aspiración natural, por ejemplo.
A medida que la tecnología ha ido avanzando y tenemos diferentes componentes con los que vestir a nuestro vehículo, es normal que la eficiencia de los mismos dependa de un creciente número de factores. Sin embargo, siempre es importante comenzar el cálculo teniendo en cuenta la cilindrada y, a posteriori, ir añadiendo el conjunto de los elementos que pueden hacer minimizar este término.