Los videojuegos de género sandbox o mundo abierto son parecidos, aunque no exáctamente lo mismo. No obstante, vais a permitirnos el lujo de denominarlos de la misa forma por compartir más de una, de dos y de tres características en comían. Pero, sobre todas ellas, prevalece el entretener al jugador con horas y horas de juego.
Sobre el papel, hablamos de aquellos que permiten al jugador explorar libremente un entorno virtual, sin limitaciones de tiempo, espacio o narrativa. Estos juegos suelen ofrecer una gran variedad de actividades, misiones, personajes y escenarios, que hacen que cada partida sea única y diferente y acabarlos por completo (o, al menos todos los objetivos de misiones principales y secundarias) puede llevarte meses.
Los mejores juegos de mundo abierto
Según nuestra opinión, hay una serie de títulos que han supuesto toda una revolución en este tipo de juegos, tanto por narrativa como por cosas que hacer.
Grand Theft Auto V
El juego más vendido de la saga Grand Theft Auto, y uno de los más exitosos de la historia, nos ofrece un enorme mapa que recrea la ciudad ficticia de Los Santos y sus alrededores, inspirada en Los Ángeles. Podemos controlar a tres protagonistas diferentes, cada uno con su propia historia, personalidad y habilidades, y alternar entre ellos en cualquier momento. Además de seguir la trama principal, podemos realizar todo tipo de actividades secundarias, como robar coches, asaltar bancos, comprar propiedades, jugar al golf, ir al cine o participar en carreras.
El juego también cuenta con un modo online, donde podemos crear nuestro propio personaje y colaborar o competir con otros jugadores en diversos modos de juego, lo que nos da una sensación de libertad y realismo impresionante, gracias a su apartado gráfico, su banda sonora y su variedad de opciones.
The Legend of Zelda: Breath of the Wild
El penúltimo juego de la franquicia The Legend of Zelda nos sorprendió con un cambio radical en su fórmula clásica. En esta ocasión, nos encontramos con un mundo abierto gigantesco, lleno de secretos, misterios y posibilidades. Podemos explorar Hyrule a nuestro antojo, sin seguir un orden establecido, y descubrir sus templos, santuarios, aldeas, monstruos y tesoros.
La aventura de Nintendo nos da libertad para interactuar con el entorno, usando objetos, armas, habilidades y el ingenio para resolver puzles, combatir o simplemente divertirnos. Además, el juego tiene un apartado gráfico y sonoro espectacular, que nos hace sentir parte de una aventura épica, ofreciendo una experiencia única e inolvidable que nos invita a explorar cada rincón de su mundo, y que nos sorprende con cada detalle.
The Elder Scrolls V: Skyrim
Uno de los juegos de rol más aclamados de todos los tiempos, nos sumerge en el mundo fantástico de Skyrim, una provincia nórdica del continente de Tamriel. Podemos crear nuestro propio personaje, eligiendo entre varias razas, clases y atributos, y personalizarlo a nuestro gusto.
El juego nos propone una historia principal, donde somos el elegido para detener el regreso de los dragones, liderados por el temible Alduin. Sin embargo, podemos ignorarla o posponerla para dedicarnos a explorar el vasto mundo que nos rodea, lleno de misiones secundarias, facciones, gremios, ciudades, cuevas, ruinas y criaturas. También nos permite mejorar nuestras habilidades, forjar nuestro propio equipo, comprar casas, adoptar hijos o incluso casarnos, terminando de ofrecer una inmersión total en su universo, gracias a su complejidad, su profundidad y su belleza.
Red Dead Redemption 2
La precuela del aclamado Red Dead Redemption nos pone en la piel de Arthur Morgan, un forajido miembro de la banda de Dutch van der Linde. Ambientado en el salvaje oeste americano a finales del siglo XIX, el juego nos narra la historia de la decadencia del grupo criminal, perseguido por la ley y traicionado por sus propios compañeros.
Cuenta con un mapa enorme, que abarca desde las montañas nevadas hasta los pantanos, pasando por las praderas, los bosques y las ciudades. Podemos explorar este mundo a caballo, en tren, en barco o a pie, y realizar todo tipo de actividades, como cazar, pescar, jugar al póker, beber en el salón o ayudar a los lugareños. El juego también tiene un modo online, donde podemos crear nuestro propio personaje y unirnos a otros jugadores para formar una banda o enfrentarnos a ellos en duelos.
Minecraft
El juego más popular de la historia, y uno de los más influyentes, nos ofrece un mundo abierto generado de forma aleatoria, compuesto por bloques de distintos materiales. Podemos modificar este mundo a nuestro antojo, creando o destruyendo bloques, y construyendo todo tipo de estructuras, desde casas hasta castillos, pasando por monumentos o máquinas.
El título de Microsoft tiene dos modos principales: el modo supervivencia, donde tenemos que conseguir recursos, alimentarnos y defendernos de los enemigos que aparecen por la noche; y el modo creativo, donde tenemos acceso ilimitado a todos los materiales y podemos crear sin restricciones. El juego, como muchos de los citados en este listado de títulos de mundo abierto, también tiene un modo multijugador, donde podemos compartir nuestro mundo con otros jugadores o visitar los suyos.
The Witcher 3: Wild Hunt
El tercer y último juego de la saga The Witcher nos presenta el final de la historia de Geralt de Rivia, un cazador de monstruos profesional en un mundo medieval y fantástico. El juego nos lleva a recorrer tres regiones diferentes: el reino de Temeria, devastado por la guerra; el archipiélago de Skellige, habitado por fieros guerreros nórdicos; y la ciudad-estado de Novigrado, un centro comercial y cultural. En cada una de estas regiones, podemos encontrar cientos de misiones, personajes, monstruos y secretos, que conforman una trama compleja y que te engancha desde un primer momento.
Si quieres seguir disfrutando de uno de los mejores juegos de mundo abierto, te encantará saber que también tiene dos expansiones: Hearts of Stone, donde nos enfrentamos a un misterioso personaje llamado Gaunter O’Dimm; y Blood and Wine, donde viajamos al ducado de Toussaint, una tierra idílica inspirada en Francia.
