Del acetato a Internet. Así ha avanzado la informática en 30 años en las aulas

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Si la metodología y los materiales que se utilizan en la actualidad para la enseñanza en general poco tienen que ver ya con aquellos que se empleaban hace tres décadas, en el caso de la informática el cambio es más evidente y llamativo. Sin embargo, hay determinados conceptos que siguen inalterables. Incluso en las titulaciones oficiales de informática.

¿Quién se acuerda de las transparencias?

“Antes sólo se utilizaban los apuntes del profesor (cuando los había), algunas transparencias en acetato y con suerte algún libro de referencia”, recuerda Miguel Riesco Albizu, profesor del Departamento de Informática de la Universidad de Oviedo. “Hoy en día se dispone, dependiendo de la asignatura, de todo eso, mucho más ampliado, y, sobre todo, de un montón de material accesible a través de internet. Además, existe mucho software (desarrollado exprofeso o ya existente) utilizable en las asignaturas (simuladores, herramientas de apoyo,…)”.

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Este profesor recuerda que en su época de estudiante se usaban básicamente los compiladores de los lenguajes que se estudiaban y “como mucho algún editor de textos (el WordStar o el WordPerfect). 4 o 5 programas diferentes durante toda la carrera”. Mientras, los que pasan por las aulas ahora es fácil que acaben manejando durante su estancia en la Escuela varias decenas de paquetes software distintos. “Compiladores, sistemas de virtualización, varios SGBD distintos, herramientas de gestión de proyectos, simuladores de circuitos, programas matemáticos…”.

Asimismo, es casi habitual la utilización de los Campus Virtuales, donde los alumnos de todas las asignaturas tienen centralizada toda la información, desarrollan actividades no presenciales, entregan trabajos… Es decir, que “ya no hay que ir a la fotocopiadora a por los apuntes”.

Aunque ha habido cambios con el paso de los años, el poso genérico en el que se basan permanece inalterable. Según nos explica Eduardo Vendrell, presidente de la Conferencia de Directores y Decanos de Ingeniería Informática (CODDII), esta base tiene que ver con la estructura y funcionamiento de los ordenadores, sistemas informáticos, arquitectura interna de los mismos, las redes informáticas, temas de programación y bases de datos, algorítmica, y alguna otra materia que con el tiempo se ha ido haciendo cada vez más común y básica.

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“Programamos igual que antes, pero la tecnología ha cambiado”

Sin embargo, y pese a estos cambios, Eduardo Vendrell considera que la formación básica actual es idéntica a la que él realizó. “Yo estudié Ingeniería Informática a finales de los 80 y también me enseñaron a programar”. La diferencia está en cómo se enseña a hacerlo, lo que “ha cambiado mucho en los últimos 30 años”.

Por ejemplo, hace tres décadas se estudiaba un lenguaje de programación llamado Pascal pero que ya prácticamente no se da en las aulas. Ahora la programación se realiza, muchas veces, en Java. “Son los profesores, la unidad docente, los que deciden qué lenguaje utilizar. Lo importante es que el alumno tenga la cabeza estructurada para saber cómo representar la solución a un problema o sistema. Una vez que lo tenga en mente y lo tenga descrito, lo puede implementar con un lenguaje o con otro”, explica Vendrell quien considera que “se nos enseña a programar igual que antes, pero la tecnología ha cambiado”.

Miguel Riesco Albizu, profesor del Departamento de Informática de la Universidad de Oviedo, coincide en que hay un núcleo central (según él, no demasiado extenso) de “conocimiento básico” que sigue vigente. Hablamos de “conceptos básicos de arquitectura, de software de base (SSOO, BBDD) o algunos aspectos teóricos (teoría de autómatas, lenguajes formales,…) que no han evolucionado mucho en los últimos 30 o 40 años y se siguen estudiando”.

Obviamente, otros aspectos sí que han cambiado (o han aparecido), como “lenguajes de programación, tipos y arquitecturas de aplicaciones (de lo que hoy llamamos aplicaciones de escritorio hasta los sistemas distribuidos, aplicaciones web, aplicaciones para móviles), interfaces de usuario (de texto “en verde sobre negro” a GUIs), por poner algún ejemplo. Y lógicamente el estudio de todos estos aspectos han sido recogidos en distintas asignaturas”, según Riesco.

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Las dudas por el WhatsApp

Podemos decir, pues, que hay una base de conocimientos bastante común en todos estos años, y que lo que se ha ido adaptando es la capa superior, la de la aplicación final de los conocimientos. Por poner un ejemplo, el desarrollo web se hizo muy popular en los estudios de los años 90 y también en este aspecto se producen novedades puesto que no es lo mismo programar con Java que con HTML5.

Estos nuevos paradigmas y tecnologías que aparecen obligan a cursar nuevas especialidades diferentes. Los cambios que se han producido en los sistemas informáticos, los compiladores, procesadores de texto y otros recursos informáticos, que apenas tienen nada que ver con los que se tenían hace 20 o 30 años, están reflejados también en la docencia. Por ejemplo, a la hora de hacer prácticas, lo alumnos cuentan con sistemas informáticos que son actuales. Incluso gracias a su conexión remota se permite hacer prácticas a distancia. “La enseñanza de informática empieza en España en los años 80. Hasta los 90 las prácticas informáticas eran bastante limitadas. A partir de los 90 se generalizó que todas las asignaturas tuvieran todas sus sesiones de prácticas. Hoy creo que estamos navegando hacia un modelo de enseñanza en el cual el alumno va mezclando la práctica con las sesiones más de teoría y de seminario”, expone el presidente de CODDII.

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Esto también hace que muchos estudiantes acudan a clase sin papel ni boli/lápiz, “a no ser que haya examen”, según el profesor de Oviedo, quien ve como otro cambio drástico la relación profesor-estudiante en caso de dudas. “Ahora es prácticamente nula la asistencia a tutorías de los alumnos (salvo casos excepcionales). Todas las dudas, problemas y consultas se realizan por correo electrónico o a través de foros en el campus virtual. Algún valiente incluso utiliza WhatsApp para estas cuestiones”.

De tres ordenadores a 200

Hace 20 años, básicamente un alumno sabía que iba a clase a recibir unas sesiones de teoría con un profesor explicando en la pizarra y exponiendo algún ejemplo. Además, tenía sesiones prácticas, en las que tenía que ir a un laboratorio y hacer una serie de ejercicios guiados por el profesor.

Aunque es cierto que este sistema sigue aún vigente, en los últimos tiempos se constata una disminución en el número de sesiones teóricas y de pizarra para aumentar el número de seminarios (sesiones con un menor número de alumnos en el aula y en los que los alumnos aprenden casos y ejemplos) y prácticas. Además, dichas prácticas se van alternando de manera diferente a como lo hacían hasta ahora (después de la teoría), sino que se alternan y de manera continuada.

Según Miguel Riesco, una diferencia fundamental entre un plan de estudios de hace 30 años a uno actual es la carga práctica. “En mi época de alumno calculo que, de los cinco años que estuve estudiando informática, posiblemente no llegaron a 100 las horas de prácticas que tuve entre todas las asignaturas. Hoy en día, en nuestro centro un alumno tiene alrededor de 1.200 horas de prácticas de ordenador durante los 4 años que dura el grado actual”. Algo que, en parte, es posible gracias a la disponibilidad de medios materiales: de los 3 ordenadores para cálculo para 400 alumnos ahora hay más de 200 para 600 alumnos.

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Además, se está imponiendo lo que se denomina la docencia inversa: frente al método tradicional donde el profesor explicaba en clase y luego, en casa, los alumnos hacían los ejercicios a entregar, ahora se hace al revés. “Preparamos material para que el alumno, en su casa y a su tiempo, pueda revisar los conceptos más teóricos, de manera que en clase tiene un papel más activo, tanto en trabajo en grupo como de manera individual”. Es decir, que el aula se ha convertido en un lugar donde el alumnado hace ejercicios para asumir esos conceptos teóricos que ha estudiado en casa.

Aunque son metodologías que no solamente se aplican en informática, “quizá porque estamos más acostumbrados a las tecnologías, bastantes profesores se están adhiriendo a este tipo de modelo”.

Del examen escrito al test online

El hecho de que la informática avance muchísimo y que cada día aparezcan nuevos paradigmas y aplicaciones obliga a que “prácticamente todos los años tengamos que renovar, adaptar e incluir mejoras, actualizando los contenidos de las sesiones. Es bueno para el alumno, para nosotros conlleva un trabajo de bastante adaptación”, confiesa Vendrell.

Quizá uno de los mayores cambios tiene que ver con los métodos de evaluación. Tal y como rememora el profesor de Oviedo, del examen final escrito “hemos pasado a multitud de ítems evaluables de distinta naturaleza (exámenes escritos, tests realizados on-line, entrega de trabajos, desarrollo de pequeñas aplicaciones…). Además, en muchas actividades la asistencia es obligatoria, cosa impensable hace unos años”.

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¿De verdad se podía programar en ese trasto?

Eduardo Vendrell también reconoce que a los alumnos les resulta chocante los anteriores sistemas informáticos, “porque están acostumbrados a la inmediatez inmediata, valga la redundancia. Cuando se les explica cómo se funcionaba antes, hay muchas veces que no lo entienden”.

Casi todas las Escuelas de Ingeniería Informática tienen un pequeño museo donde casi cualquiera puede comprobar la evolución de estos sistemas. “Una vez me hicieron una pregunta que creo que resume muy la reacción de los actuales estudiantes -recuerda Miguel Riesco-: ‘Y ese tipo de ordenadores, ¿para qué servían?’. No pueden concebir que algo sin red, sin gráficos o con poco almacenamiento tuviera alguna utilidad”.

Sin embargo, según Vendrell la enseñanza de la informática se ha adaptado bien a estos cambios tan vertiginosos. “De vez en cuando hay gente que nos pide dar, por ejemplo, más ciberseguridad porque consideran que es muy importante. Aunque es cierto que son muy importantes lo que no se dan cuenta es que llevamos dando seguridad informática mucho antes de que fuera una moda. Lo que nunca podremos llegar a alcanzar en la universidad son todas las tendencias y modas actuales”.

Y vuelve a subrayar la importancia que tiene la informática en nuestro día a día. “La informática es transversal y llega todo los ámbitos y no hay nada que no tengamos delante que no tenga algún sistema que se puede programar. En los teléfonos móviles más de un 90% de lo que hay dentro es informática. Las televisiones que se conectan a Internet, las lavadores… Todo, absolutamente todo, es informática”.

Por eso, asegura que las titulaciones de Grado en Ingeniería Informática dan a los estudiantes “la base suficiente para que ellos puedan abordar cualquier aplicación y ámbito dentro de la informática. Obviamente, luego el alumno tendrá que adaptarse y aprender más, porque siempre van a salir herramientas y dispositivos nuevos. Y esto ha sido siempre y será siempre así”. Asimismo, asegura que los conocimientos que se trasladan a los alumnos “son bastante apreciados a nivel mundial” y tanto en otras universidades como en empresa.

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Una ingeniería particular

“No hay que olvidar que la informática en España tiene vocación de Ingeniería y es algo que no pasa en todos los países”, recuerda el también director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática en la Universidad Politécnica de Valencia. Debido a ello y a la reglamentación del Ministerio Educación, para que los títulos de informática estén en el ámbito de las ingenierías deben tener una base importante de materias como matemáticas, cálculo, álgebra y física. Todo ello, junto con la asignatura dedicada a la organización empresarial que exige el Plan Bolonia, conforma la base de la enseñanza de informática en la actualidad. También la exposición en público de trabajos ha tomado un papel importante en muchas asignaturas, “para fomentar esta competencia entre el alumnado”, según Miguel Riesco Albizu, profesor del Departamento de Informática de la. Universidad de Oviedo.

El presidente de CODDII recuerda también que sobre los años 90 los títulos de informática en España estaban especializados básicamente en informática de gestión e informática de sistemas. “La parte de gestión, por entenderlo de alguna manera, era la más enfocada hacia el software, el desarrollo de aplicaciones y servicios para la empresa, mientras que la parte de sistemas estaba más enfocada a los sistemas informáticos y su aplicación en diferentes ámbitos”. Sin embargo, con la llegada de Bolonia y los nuevos planes de estudios en grados y masters, existe el grado genérico de Ingeniería Informática que finaliza en cinco grandes especialidades: ingeniería del software, Ingeniería de computadores, tecnologías de la información, sistemas de información y computación.

Estas cinco especialidades están de acuerdo con unas recomendaciones curriculares que emite la sociedad ACM (Association for Computing Machinery) a nivel mundial, lo que ha conllevado una nueva ordenación de los títulos que se alinea con estas recomendaciones internacionales y que “desde la academia impulsamos como los títulos básicos de Ingeniería Informática”, afirma Vendrell.

Foto | iStock.com/Shalith

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