Sir Timothy John Berners-Lee es una de las mentes pensantes más importantes de nuestra época, pero, nadie le conoce a pesar de que el fruto de su trabajo sea totalmente omnipresente en nuestras vidas. Hablamos del acceso sencillo y casi instantáneo a la Internet por medio de la World Wide Web (WWW).
Berners-Lee nació el 8 de junio de 1955 en Londres, Reino Unido en el seno de una familia de científicos, concretamente de los matemáticos Conway Berners-Lee y Mary Lee-Woods, por lo que la ciencia y la tecnología le eran muy cercanos desde bien pequeño. Y es que sus padres trabajaron en el Ferranti Mark I, el primer ordenador comercial del mundo, lo cual dejaba allanado el camino para revolucionar el mundo de la informática.
Y, como es lógico, fascinado por la electrónica, pasaba horas jugando con maquetas de trenes, lo que le ayudó a desarrollar una comprensión temprana de los sistemas y circuitos. Esta curiosidad, sumada a su amor por la lectura y la ciencia ficción, sentó las bases de una mente inquieta que más tarde revolucionaría el mundo.
Sus estudios
Berners-Lee estudió en el Queen’s College de la Universidad de Oxford, donde se graduó con honores en Física. Tras completar sus estudios, trabajó como ingeniero de telecomunicaciones, y en 1980 se unió al CERN, el mayor laboratorio de física de partículas del mundo. Fue en ese entorno donde observó una necesidad fundamental: compartir información entre científicos de forma sencilla y organizada. Pero no fue hasta 1989 cuando propuso una solución que integraba hipertexto con los protocolos existentes de Internet. Así nació la idea de la World Wide Web.
Su propuesta fue inicialmente vista como ambiciosa, pero su supervisor, Mike Sendall, le dio luz verde. En 1990, junto a su colega Robert Cailliau, desarrolló el primer navegador web y el primer servidor web. El sistema permitía vincular documentos a través de hipervínculos, transformando por completo el acceso al conocimiento. El primer sitio web, lanzado en 1991, fue http://info.cern.ch/, un recurso que explicaba cómo usar la web y construir páginas.
Berners-Lee no buscaba fama ni fortuna. A diferencia de figuras como Bill Gates o Steve Jobs, nunca patentó su invento ni intentó lucrar con él. Puso la Web a disposición del público de manera gratuita, convencido de que debía ser una herramienta universal. Esta decisión fue clave para su rápida expansión y adopción global.
La World Wide Web
En 1994, fundó el Consorcio World Wide Web (W3C) en el MIT, con el objetivo de establecer estándares técnicos que garantizaran el desarrollo libre y ordenado de la Web. Su enfoque era claro: debía ser abierta, sin barreras de entrada, y construida para servir a la humanidad. Bajo su liderazgo, el consorcio promovió principios de accesibilidad, interoperabilidad y neutralidad tecnológica.
Su compromiso con el acceso abierto continuó en los años siguientes. En 2009, colaboró con el gobierno británico en iniciativas de datos abiertos, y en 2012 fundó el Open Data Institute para promover la transparencia gubernamental y el uso ético de los datos. Ese mismo año, fue presidente honorario en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres, donde recibió un reconocimiento público por su contribución.

Además, fundó la World Wide Web Foundation, centrada en asegurar que la web beneficie a todos por igual. Esta organización trabaja para expandir el acceso a Internet, especialmente en países en desarrollo, y defiende una web libre de control corporativo y gubernamental excesivo. En 2013, se unió a la junta de la Alianza para un Internet Asequible, liderando esfuerzos globales para reducir el costo del acceso.
A pesar de su impacto, Berners-Lee ha mantenido un perfil bajo y rara vez busca protagonismo. Su humildad es tan destacable como su genio. En 2004, fue nombrado caballero por la reina Isabel II y en 2007 recibió la exclusiva Orden del Mérito. Ha sido miembro de la Royal Society y de la Academia Nacional de Ciencias de EE. UU. Además, la revista Time lo incluyó entre las 100 personas más influyentes del siglo XX, dejando claro que su legado es eterno.
Hoy, Berners-Lee continúa enseñando y trabajando activamente en proyectos que defienden la neutralidad de la red y el empoderamiento digital. Ha expresado preocupación por la actual concentración del poder en manos de grandes plataformas tecnológicas, y ha impulsado iniciativas como «Solid», un proyecto que busca devolver a los usuarios el control sobre sus datos en línea.