En plena época estival es de lo más normal pensar en las vacaciones y por si eso fuera poco encoger un avión y volar a cualquier sitio del mundo. Es cierto que hay muchas personas que tienen miedo a volar sin motivo alguno más allá de lo que supone no tener el control de una aeronave que se coloca en muy poco tiempo a más de diez kilómetros de la superficie terrestre. Sin embargo, hay muchos que tienen en cuenta otros motivos importantes por los que en pleno verano evitan coger un avión por la tarde o incluso por la noche.
Dejando de lado el hecho desde el avión funciona perfectamente, hay otros factores externos y totalmente ajenos a las habilidades de los pilotos por las que muchos evitan ciertas horas del día para volar y todo tiene que ver con el clima.
La meteorología, la principal causa de que un vuelo se retrase
Montarse en un avión es algo de lo más normal hoy en día. Después de todo el procedimiento de facturación, lo único que tienes que hacer es dirigirte a la puerta de embarque con tu billete para verificar tu identidad y después sentarte en tu asiento hasta que el avión despegue. Lo más habitual es que este proceso dure unos minutos, pero en ocasiones los comandantes toman la decisión de retrasar el vuelo el momento del despegue por diversas circunstancias.
Una de ellas es la comprobación de los diferentes aparatos que forman la aeronave, así como la calibración del instrumental antes de poner en marcha del avión. La otra corre a cargo de la torre de control, ya que es el sitio desde el que son capaces de ver en tiempo real no solo el tráfico aéreo, que también es muy importante, sino también la meteorología que puede afectar directamente a todos los vuelos que tiene que recibir el aeropuerto.
Algunos elementos son evidentes como la lluvia o las fuertes rachas de viento, por lo que es importante tener en cuenta todo lo que ocurre en la atmósfera para que los vuelos se puedan realizar con total seguridad.
Las tormentas eléctricas, los motivos por los que no conviene volar por la tarde o noche en verano
Al común de los mortales, el hecho de tener un vuelo por la tarde o la noche no tiene más problemas que la hora de llegada a su destino. Por supuesto, la gran mayoría tienen en cuenta cómo se encuentra la atmósfera, el día en que van a volar, pero hay factores importantes a tener en cuenta si el viaje se realiza durante la tarde o la noche y son tres: la humedad, el vapor de agua y la estabilidad del aire.
Estos dos suelen sedimentos principales que se necesitan en la atmósfera para provocar un fenómeno que en verano es muy frecuente y son las tormentas eléctricas. Este fenómeno se produce cuando el aire caliente se eleva y llega a altitudes muy altas y más frías donde interactúa con el vapor de agua, provocando la condensación de las nubes y un enfriamiento del aire. Este produce que se generan números y finalmente se provoca este fenómeno tan recurrente de las tormentas con rayos y truenos.
Como te puedes imaginar con estas condiciones atmosféricas los aviones pueden sufrir algo más que turbulencias ya que la inestabilidad del aire es capaz de zarandear el avión con más o menos fuerza y eso por no hablar de que un rayo puede alcanzar a la aeronave.
Los pararrayos ayudan a evitar problemas mayores
Como te estamos contando, las condiciones atmosféricas incluyen mucho en la creación de tormentas eléctricas que pueden impedir que un vuelo salga a su hora especialmente si es por la tarde o incluso por la noche. El problema llega si una de estas tormentas eléctricas se genera justo en el momento del vuelo, algo que puede ocurrir especialmente en verano. Puede que más de uno se lleve las manos en la cabeza ante semejante evento, sobre todo aquellos que eligen la parte de la ventanilla y presencian como un rayo alcanza una de las alas.
Si esto puede pasar si se dan las circunstancias, pero no tienes nada de qué preocuparte, ya que los aviones están preparados para este tipo de problemas. Estos transportes cuentan con pararrayos en su estructura para que no sea un problema viajar en condiciones desfavorables, por lo que no tendría que pasar absolutamente nada si viajas con lluvia y rayos a menos que estos sean demasiado fuerte y continuos.
Por suerte, los pilotos también toman decisiones antes de que esto ocurra para evitar en la medida de lo posible estos problemas, por lo que puedes estar seguro que tienes probabilidades de volver sano y salvo.