Probablemente si estás leyendo esto es porque el titular ya te ha suscitado algo de interés especialmente si eres de esas personas amantes del mundo de la ciencia y la química. Principalmente, la radiactividad es uno de los elementos que no se pueden ver, pero que se sienten, especialmente si eres un técnico de seguridad de una planta química o central nuclear donde se trabaje con elementos de esta índole. Lo que el común de los mortales no sabe es que al manipular este tipo de elementos radiactivos estos no emanan de por sí un color concreto, pero sí que es cierto que hay una creencia generalizada en torno a que la red de actividad es verde.
Si todavía te sientes extrañado no te preocupes, ya que te vamos a dar a continuación todas las claves para entender por qué esto es una creencia generalizada y no una realidad a la que nos han acostumbrado las series y las películas que en algún momento han querido tratar algún tema relacionado con la energía atómica especialmente.
La radiactividad no se ve
Todos aquellos que hayan estado cerca de algún paisaje acusado por la energía radiactiva se habrán dado cuenta de que no hay mucha diferencia con la de cualquier otro paraje que hayan visitado antes. Sí es cierto que cada región tiene su forma y su belleza configurada por los años y el tiempo, pero cuando hablamos de un lugar acusado por la energía radiactiva, cualquiera podría pensar que hay elementos visuales más allá de las señales de peligro que así lo marcan.
Lamentamos decirte que eso no es verdad, ya que la energía radiactiva no tiene ningún color. Esta afirmación te puede resultar un tanto incoherente, pero la realidad es que el color verde que se le asocia tiene un origen realmente curioso. Todo parte de uno de los minerales más utilizados para crear la energía nuclear como es el uranio, el cual bien tratado puede generar grandes cantidades de energía mediante un proceso de fusión en una central nuclear.
Marie Curie, una de las que primero lo descubrió
Curiosamente, para hallar el origen de este mito nos tenemos que remontar a una de las personalidades más importantes del mundo de la química como es Marie Curie. Ella junto a su esposo estuvieron muchos materiales químicos hasta tal punto de que sus cuerpos quedaron imbuidos de esta energía radiactiva y que fue el motivo por el que incluso tuvieron que enterrarlos como si fueran materiales radiactivos.
Pero nos vamos a centrar en su obra, ya que ellos fueron los primeros en trabajar con metales radiactivos hasta tal punto que hallaron el radio. El problema es que en el momento en el que aislaron este metal este emitía una luz azul, lo que hizo es que ojos de las personas la radioactividad se representa ahora con un brillo en los diferentes elementos que lo tenían.
De hecho, este brillo era azulado, pero la creencia de que es de color verde viene de otro lado, concretamente de la pintura. Resulta que en 1908 había fabricantes de relojes que utilizaban sulfuro de zinc y cobre para que los relojes pudieran brillar por la noche y marcar tanto la hora como los números que tenían en los diales sin tener que utilizar una luz directa para iluminarlos. Curiosamente, los fabricantes de este tipo de dispositivos tomaron la decisión de añadir un poco de radio a la fórmula para que esta durará mucho más tiempo.
Por eso la creencia de que todo lo radiactivo es verde viene curiosamente en esta casuística y no de lo que a simple vista podría parecer para cualquier persona que piensa que los radiactivo sí que tiene un color propio
