Cuando hablamos de pilas y baterías hay un elemento que está muy presente en todas ellas y es el litio. Este material es muy preciado para la fabricación de estos objetos por la capacidad que tiene para almacenar y de la energía a un aparato al que esté conectado pero eso no significa que en el mundo no haya agua otros elementos con estas mismas capacidades y que bien tratados pueden dar un resultado igual o mejor. Por eso tenemos que hablar de un nuevo tipo de batería que está compuesta por iones de sodio y que pueden ser perfectas para el futuro del automóvilismo.
Son muchas las marcas que están invirtiendo sus esfuerzos y recursos en encontrar un nuevo tipo de batería que cumpla con diferentes puntos más allá de que sea barata y más densa para aportar más autonomía a los coches del mañana.
El sodio y sus características
La fabricación de nuevos productos implica invertir tiempo en la búsqueda de nuevos materiales para construirlos. Este procedimiento no es nada fácil, ya que implica una investigación muy concienzuda de todos los elementos que hay disponibles en el mundo para dar con el que mejor el resultado va a aportar de cara al futuro. Por supuesto, se tienen en cuenta las propiedades de cada elemento, pero sobre todo los que pueden ayudar a mejorar el aspecto económico de la empresa que los va a utilizar.
Características como que sea fácil de encontrar ni en abundancia en el planeta son claves para reducir costes de alguna manera y si además mantiene propiedades que mejoran a las de otros elementos ya existentes y son menos perjudiciales para el ser humano son puntos que fallan a favor de ese elemento. Y esto es lo que algunos fabricantes de baterías para coches están comprobando con el uso del sodio en vez del litio.
Llevamos años utilizando las famosas baterías de litio, un mineral que aunque tiene una gran capacidad para almacenar energía es cada vez más escaso, lo que hace que los costes de este suban exponencialmente debido a que cada vez hay menos yacimientos y es, por ende, más escaso. En el lado opuesto está el sodio, un metal al que cada vez se está prestando más atención para la fabricación de las baterías del futuro.
Entre sus características físicas se trata de un mineral alcalino y blando que tiene un color plateado. Curiosamente, sus características son muy similares a las del litio, tanto que ambos son elementos alcalinos. Otra de las cosas que también comparte es que también tiene un gran potencial para almacenar energía, aunque por desgracia sus propiedades no son tan interesantes como las que aporta el litio a día de hoy. A pesar de esto último, eso es un elemento que está mucho más presente en la Tierra y tiene una gran diferencia respecto a su homólogo y es que tiene un impacto ambiental mucho menor ya que no es tan tóxico.
Por qué las baterías de sodio ganan cada vez más importancia
Como puedes comprobar, el sodio tiene merecida su importancia en el mundo del automóvilismo actual. Puede que no sea tan eficiente como el litio, pero con mala tecnología adecuada se pueden obtener resultados más que interesantes a la par que aprovechar las bondades de este material que no son pocas y que podrían colocarlo por encima del litio.
Gracias a todo lo aprendido por las baterías de litio la construcción de las de sodio no distan mucho de estas, ya que se utiliza un electrolito y líquido para bañar los ánodos y cátodos de sodio de este tipo de pilas y generaron así los procesos de carga y descarga de energía que almacenan en su interior. Por eso, ante estas similitudes que por fuera podrían parecer prácticamente iguales, es necesario echar un vistazo a las ventajas y desventajas que tienen.
Lo bueno
Empecemos por la parte buena de las baterías de sodio, que básicamente son los motivos por los que generan tanto interés. El primero de todos es su facilidad para encontrar, ya que se habla de que es el sexto elemento más abundante en la Tierra. Es otra consigo una mejora económica ya que a más abundancia más barato le sale una empresa comprarlo o incluso extraerlo.
Por otro lado, y a pesar de que comparte una estructura similar a las baterías de litio, las de sodio no son inflamables. Esto es muy importante ya que en caso de recibir algún desperfecto el sodio no es corrosivo y, por lo tanto, impide que haya una reacción química con el resto de los componentes dando lugar a una explosión.
Y aquí también tenemos que hablar de un elemento muy importante y es de su mantenimiento. Teniendo en cuenta el uso que se les va a dar a estas celdas de energía, es importante saber que van a estar expuestas a la intemperie, por lo que se necesita que aguante en unos rangos de temperatura mucho más amplio. En este caso hablamos también de que las baterías muy resistentes tanto que son capaces de aguantar temperaturas extremadamente bajas manteniendo casi la totalidad de su autonomía.
Lo malo
Por supuesto, no todo van a ser ventajas y es que una de las cosas por las que no se les ha tenido tanto en cuenta hasta ahora ha sido su capacidad para almacenar energía. Antes hemos hablado de que el litio es más eficiente en este sentido, por lo que puede suponer un problema para el dispositivo tener que llevar una pila más grande para tener la misma autonomía que ofrece una de litio más pequeña.
Y si hablamos de autonomía hay otro elemento muy importante que afecta directamente a la conservación de este elemento y tiene que ver con los ciclos de carga. Esto pasa en todos los dispositivos electrónicos y si nos lo llevamos al mundo de la telefonía móvil o de los ordenadores sabrás que cuantos más ciclos de carga tenga tu dispositivo, más probabilidades hay de que la batería se degrade con el tiempo. Y este es un grave problema para las baterías de sodio y las cuales tienen una degradación mucho más grande que las de litio haciendo que duren menos conforme van pasando los años y las veces que las cargas.
Imagen |