Nos hemos acostumbrado a ver que las naves espaciales necesitan algún tipo de motor o reactor que les permita funcionar en el espacio. La lógica nos impulsa a pensar que requieren de un depósito de combustible para moverse de un lado al otro del universo, pero cuando hablamos de la realidad todo esto cambia y mucho. No solamente se necesita un combustible que haga que los motores funcionen, sino más bien un sistema para obtener energía de manera prácticamente ilimitada, sobre todo en un lugar tan inhóspito y hostil como es el universo.
Es aquí donde entran en juego todas las investigaciones que ponen a los físicos astrónomos e ingenieros a trabajar en nuevas vías para obtener esta energía y conseguir de alguna manera abaratar costes y sobre todo evitar errores de funcionamiento de las naves en el espacio. Por eso las conocidas como velas espaciales pueden ser un sistema interesante de cara al futuro de la exploración espacial.
Qué son las velas espaciales
En la edad media uno de los transportes más importantes fueron los barcos. El transporte por caminos había mejorado gracias a la utilización de los carros tirados por caballos, pero estos necesitaban de un evento adicional cuando se trata de comunicar ciudades lejanas o a las que solamente se podía acceder mediante un transporte acuático. Por eso las embarcaciones de gran tamaño, como por ejemplo las carabelas o incluso galeones, eran medios perfectos para transportar grandes cantidades de material de un sitio a otro en menos tiempo.
El problema es que para mover semejantes transportes era necesario contar con una fuerza importante que aportaban todos aquellos marineros que en algún momento tenían que sacar los remos para impulsar el barco o bien valerse de la fuerza de la naturaleza y aprovechar el viento con las velas para surcar los mares. Ahora que ya tienes todas estas ideas en la cabeza que seguramente en algún momento has visto o por lo menos conocido, te podemos hablar de que en el espacio también sería posible utilizar un sistema de velas para mover las naves espaciales.
Por supuesto, te estarás haciendo muchas preguntas de la viabilidad de este sistema sobre todo si tenemos en cuenta una cosa tan importante como es que en el universo no hay aire. Si has pensado esto estás en el desierto, pero resulta que existen proyectos que quieren aprovechar la presión de la luz solar para mover la nave que los lleva.
Para entender el funcionamiento de estos dispositivos una vez desplegado se encargan de obtener de una fuente de luz toda la radiación posible para funcionar. Los fotones de luz golpean una vela gigante reflectante que transfieren esta energía a un motor que es el que propulsa la nave y lo acelera de manera constante en función de las necesidades que se tomen en el puente de mando.
Muchas ventajas para la exploración espacial
Como puedes ver estas llamadas velas espaciales contribuyen a que el día de mañana una nave o incluso un satélite se mantenga mucho más tiempo funcionando en el espacio sin necesidad de depender de una fuente de combustible perecedera. La inclusión de este sistema es además muy conveniente ya que a diferencia de sus parientes de tela estas se pueden recolocar para tomar una mejor posición desde la que tener energía de cualquier fuente lumínica que se encuentran a su paso permitiendo que los viajes estelares se realicen prácticamente sin combustible químico y además se prolonguen en el tiempo tanto como fuera necesario a menos de que hubiera algún tipo de fallo.
todavía son muchos los pasos que hay que dar hacia adelante con el fin de favorecer la construcción y sobre todo la instalación de este nuevo sistema de propulsión que tal vez en el futuro se convierta en el presente de los pioneros que quieran realizar viajes en el espacio por su cuenta o tal vez para mejorar las condiciones de aquellos satélites lanzados al espacio y de la que los astrónomos dependen para conocer más los misterios de todo aquello que nos rodea y que ignoramos.
