Para muchos es una utopía eso de tener una buena cobertura en casa o incluso en el trabajo, pero lo cierto es que en ocasiones es mucho más fácil de lo que parece. Aquí entramos en una problemática de hardware, donde hay tantas opciones donde disponer de red con gran potencia de muchas formas. Si tu opción es la de poner varios repetidores, la mejor opción es la de crear lo que se llama una red de malla o red mallada para que ninguna estancia de la casa se quede sin cobertura.
Lo puedes encontrar de las dos formas, pero lo que tienes que tener claro es que este concepto implica tener acceso a una buena conexión allá donde tengas instalados los diferentes repetidores de señal para dotar de cobertura a todo tu hogar.
En qué consiste la red mallada
El nombre ya deja caer muchas claves para entender este tipo de conexión en casa. Puedes entender por conexión Mesh aquella en la que los diferentes elementos que intervienen en la retransmisión de las diferentes ondas que se emiten de un lado a otro del sistema. En esencia, la Red Mesh es un conjunto de al menos tres elementos interconectados entre sí con la que puedes transferir la red WiFi de un lado a otro de tu casa con el fin de tener conexión en casi cualquier parte de ella.
Y decimos así porque siempre queda alguna esquina por la que la conexión falla de alguna manera, pero lo importante es respetar los rangos de actuación de los diferentes dispositivos que intervienen. De aquí es donde viene el sobrenombre de red mallada, porque lo que se consigue es que los diferentes nodos están unidos entre sí y surtan de cobertura los unos a los otros.
Qué ventajas tiene instalar una red Mesh en casa
Esta es la principal pregunta que se hacen muchos al oir hablar de ella y puede que los más conocedores del segmento de la tecnología piensen que es igual al sistema de repetidores tradicionales. Y es que es un sí pero no, ya que hay una cuestión importante que las diferencia. Esta no es otra que la interconexión entre los repetidores, ya que en una red tradicional la conexión es bidireccional entre los repetidores y el router que emite esta señal.
Esto aporta muchas cosas buenas tanto a los usuarios como a los administradores de este sistema, ya que es una conexión muy sencilla de gestionar:
- Una única red con la misma contraseña: lo primero que debes saber es que la red WiFi Mesh se configura de manera única entre el router que emite la señal y los diferentes satélites que replican la señal. Es cierto que cada uno tendrá un nombre, pero no será distinto del sistema central y se puede tener acceso a ellos a través de la misma contraseña. Esto facilita mucho la gestión de los diferentes nodos.
- Interconexión para obtener mejor cobertura: el objetivo de estas redes malladas no es otro que conseguir que la cobertura de tu casa aumente. Esto se consigue con lo que te comentábamos antes que es la interconexión de los diferentes nodos, pero lo más interesante es la forma en la que se puede tener cobertura en cada lugar de casa. Gracias al beneficio anterior, tu dispositivo se conectará siempre al nodo que tenga más cobertura según tu posición, por lo que no tendrás que hacer nada más para conectarte a la red.
- Conexión sin cortes: gracias a esta discriminación entre repetidores hay una característica muy interesante que no es otra que la de si un nodo cae el resto sigue funcionando y si da la casualidad de que es el tuyo ten por seguro que no perderás la conexión. Esto no ocurre en los sistemas tradicionales, ya que el tráfico de la red se redistribuye de manera automática para que siempre tengas un punto de acceso al que acudir.
No todo son ventajas
Por supuesto, no todo es tan bonito como lo pintan con las redes Mesh. Es cierto que las características anteriormente descritas podrían ser más que suficientes para tirarte de cabeza a instalar este sistema, pero lo cierto es que hay cosas que pueden echarte para atrás:
- Sigue las mismas normas que el WiFi tradicional: no hay que olvidarse de que en todo momento hablamos de una red WiFi, lo que supone que las ondas se transmiten de una antena a otra y cuanto más despejado esté el camino más se expanden. Con esto queremos decirte que elementos como el grosor de las paredes pueden restar potencia a los nodos, algo típico de las conexiones inalámbricas.
- El coste de los equipos: es importante tener en cuenta que la instalación de un sistema de estas características es algo más caro que los repetidores tradicionales. Eso por no hablar de que necesitas un router especial que sea compatible con esta tecnología, lo que hace que esto sea mucho más caro.
