Qué cómodo es pagar con el smartphone, siempre y cuando tengas NFC, a través de Google Wallet o similares. Estas billeteras son apps que nos ayudan sobremanera al reducir la dependencia de las tarjetas de plástico y llenar nuestra cartera con más y más tarjetas. Pero claro, no están libres de peligros.
El poder usar el teléfono para pagar con ellas en comparación con las tarjetas físicas es muy cómodo, eso es cierto, y también seguro. Pero, aunque ofrecen ventajas como autenticación biométrica y cifrado de datos, no están exentas de ciertos riesgos que pueden ponernos en un aprieto.
De hecho, hay bastantes peligros a los que nos exponemos cuando almacenamos los datos de nuestras tarjetas en el smartphone, pero conocerlos es lo que nos va a ayudar a prevenirlos y minimizar riesgos.
Pérdida o robo del dispositivo
Si bien podemos proteger el acceso a la Wallet mediante contraseñas o nuestra huella dactilar, perder el teléfono sigue siendo un riesgo. Un ladrón con ciertos conocimientos podría intentar acceder a tu dispositivo mediante diferentes ataques informáticos, aprovechando las vulnerabilidades de tu teléfono para comprometer tu información y hacerse con los datos de tu tarjeta de crédito.
Es decir, que pasaría lo mismo que si te roban la cartera.
Hackeos y ataques
Las billeteras digitales utilizan tokens en lugar del número real de la tarjeta, lo que reduce el riesgo de fraude. Sin embargo, si un hacker compromete tu dispositivo mediante malware o phishing, podría robar credenciales, acceder a tus fondos y realizar transacciones sin tu autorización, a pesar de no tener acceso físico al dispositivo.
Uso de redes públicas no seguras
Siempre te hemos dicho que huyas de los WiFi públicos como de la peste, pero si quieres pagar con tu móvil, mucho más. Las redes Wi-Fi públicas son el campo de trabajo perfecto para que los ciberdelincuentes intercepten tus datos ya que, por lo general, la conexión no está cifrada.
De esta forma, un hacker con conocimiento podría colarse en la Red y, a través de ella, poner en riesgo los datos de tus tarjetas de crédito o débito.
Dependencia del dispositivo
Confiar exclusivamente en tu smartphone para pagar puede ser problemático si tu teléfono se apaga, se daña o pierde conectividad. Si un comercio no acepta pagos digitales y no llevas una tarjeta física encima, podrías quedarte sin opciones para realizar compras.
Riesgo de fallos técnicos
Las aplicaciones de pago pueden experimentar errores o incompatibilidades con ciertos comercios y dispositivos. Si la Wallet falla en un momento crítico, podrías verte en dificultades para completar una compra.
Fraudes y engaños
El uso de billeteras digitales no elimina el riesgo de caer en estafas. Delincuentes pueden engañarte para que ingreses tus credenciales en aplicaciones falsas o sitios web fraudulentos, robando así los datos de tus tarjetas.
¿Cómo evitar estos riesgos?
Para minimizar estos peligros, no vale solo con conocerlos, hay que tomar medias y usar como es debido el smartphone y Google wallet, o la billetera digital que uses:
- Habilita la autenticación biométrica y una contraseña segura en tu teléfono y en la Wallet.
- Evita conectarte a redes Wi-Fi públicas al realizar pagos.
- Instala un software de seguridad para prevenir malware y phishing.
- Lleva una tarjeta física de respaldo si es posible.
- Activa alertas de transacciones para detectar movimientos sospechosos en tu cuenta.
- Utiliza tarjetas virtuales temporales para compras por la Red o en sitios de los que no te fias. Cárgala solo con el importe a cobrar.