A día de hoy es impensable utilizar otro sistema de escucha de archivos multimedia que no sea el de colocar un archivo MP3 en un aparato capaz de reproducirlo. Sin embargo, hubo una época en el que todas las canciones se grababan en los archiconocidos compct disc o CDs, que fueron muy relevantes hasta la llegada de los mp3. Lo cierto es que a día de hoy es uno de los soportes físicos más utilizados para tener la información comprimida en un mismo sitio. Pese a que a día de hoy siguen teniendo la misma capacidad de 700 mb muchos se preguntan por qué tienen ese número y lo que es aún más intrigante es porque cuando hablamos de duración se dice que tenían algo más de 72 minutos.
Esta medida temporal se ajusta un poco más a las necesidades que tenían los usuarios que grababan sus canciones en un disco o las diferentes compañías que los publicaban y lo cierto es que todo tiene que ver con el mundo de la música más allá que el de los datos.
Un estándar que sigue vigente
Puede que para muchos el CD esté muerto a día de hoy, pero nada está más lejos de la realidad. Es cierto que el soporte físico ha cambiado mucho a lo largo de los años llegando a sustituir este soporte físico tan famoso por dispositivos electrónicos más adaptados a los tiempos modernos. Sin embargo, son muchas las empresas que confían en este soporte para guardar todo tipo de datos o incluso para los artistas que quieren enviar sus archivos de audio a las diferentes discográficas que escuchan sus maquetas.
Por esa razón este sistema todavía sigue vigente para muchos y lo cierto es que se trata de un sistema muy económico y fiable de cara al futuro. Y es que son muchos los que a día de hoy todavía guardan archivos del pasado en este soporte por miedo a que el día de mañana un disco duro portátil pierda todos los datos que tiene en su interior por el paso del tiempo.
A día de hoy necesitas un lector de CDs que ya ni siquiera está en los ordenadores portátiles más modernos y tienen como curiosidad una medida física de 12,7 cm de diámetro para funcionar, aunque todos los lectores cuentan con esta medida para funcionar. Lo que muchos desconocen a día de hoy es algo que lleva desde los años 70 siendo un estándar y es la medida temporal que eran capaces de contener estos aparatos.
Una música muy conocida que tenía que entrar sí o sí
Como te hemos comentado anteriormente, en 1970 se empezó a trabajar con estos aparatos de manera comercial, aunque su popularidad llegó a finales de los noventa y continuó prácticamente hasta mediados de la década del 2010. Durante todo ese tiempo Mercedes han estado yendo y viniendo de unas a otras manos en todo el mundo, aunque muchos nunca se pararon a pensar por qué este formato físico tenía una capacidad de 72 minutos o incluso de 74.
Probablemente, muchos pensarán que esto era la capacidad máxima a nivel de tiempo que podían ofrecer esos 700 mb que ofrecían como estándar pero lo cierto es que esconden un significado más profundo que esto. Todo tiene que ver con una canción más que conocida por todos los amantes de la música y estamos hablando de la novena sinfonía de Beethoven.
Para sus creadores esta pieza musical suponía un grave problema para este formato y curiosamente no se debe al propio compositor alemán, más bien al de sus predecesores. En un principio la pieza duraba nada menos que 60 minutos, por lo que si el CD o era capaz de albergar una canción de estas características este avance tecnológico iba a ser un fracaso rotundo. Así pues, se hizo todo lo posible no solamente para que se pudieran incluir hasta sesenta minutos de música, sino que se fue algo mucho más lejos.
Y la culpa de esto la tiene W. Furtwängler, tienen su versión de la mítica pieza decidió extender la duración hasta nada menos que los 74 minutos y 33 segundos exactamente. Y no hablamos de una pieza cualquiera, sino que es la que se orquestó en el Festival de Bayreuth de 1951. Así pues este es el misterio detrás de la duración de los Compact Disc que seguramente has tenido en tus manos o incluso dentro de un reproductor de música de la época.