Comprar un móvil nuevo es una inversión importante y el miedo de que falle, no funcione, os se rompa, siempre está ahí. Por eso en España contamos con una garantía legal que protege al consumidor frente a posibles defectos. Eso sí, no todo está cubierto y hay que ser consciente de que la garantía tiene límites y no cubre cualquier problema que pueda surgir.
Saber exactamente qué entra y qué no puede ahorrarte tiempo, dinero y algún que otro disgusto, así que ya te decimos nosotros qué es lo que vas a poder arreglar sin pagar nada si te encuentras dentro del periodo de soporte:
¿Qué sí está cubierto por la garantía?
Desde enero de 2022, la ley española establece que todos los productos nuevos tienen una garantía mínima de tres años. Esto incluye móviles, por supuesto, y cubre cualquier fallo de fábrica o problema que no haya sido provocado por un mal uso.
- Fallos de hardware desde el primer momento: Si el teléfono se apaga solo, no carga bien, la pantalla deja de responder o directamente no enciende, y todo esto ocurre sin que tú hayas hecho nada raro, la garantía debe hacerse cargo.
- Batería defectuosa: Una batería que dura muy poco desde el primer día o que se hincha tras unas semanas puede indicar un defecto de fábrica. En ese caso, el fabricante está obligado a repararla o reemplazarla.
- Problemas de pantalla o cámara que no vienen de un golpe: ¿Píxeles muertos? ¿Líneas extrañas en la pantalla? ¿Cámara que no enfoca bien y no ha sufrido ningún golpe? Todo eso está cubierto, siempre que el daño no sea físico.
- Errores del sistema operativo que no se deben a tu intervención: Si el móvil viene con problemas de software que impiden su uso normal (como cuelgues, reinicios constantes o imposibilidad de actualizar), también se considera un defecto y entra en garantía, siempre que no hayas rooteado el móvil o similar.
- Componentes que fallan sin explicación: Un micrófono que no graba, un altavoz que no suena o sensores que no responden, si no ha habido caída ni manipulación, se pueden reparar bajo la garantía.
Eso sí, para que todo esto se aplique, el móvil debe estar tal como lo compraste: sin haber sido abierto ni reparado por terceros no autorizados.

¿Qué no entra en la garantía?
Ahora bien, hay situaciones bastante comunes que quedan fuera de la garantía, y aquí es donde tienes que prestar mucha atención:
- Golpes, caídas o daños por agua: La típica pantalla rota por una caída o el móvil que no enciende tras mojarse en la piscina no están cubiertos, por mucho que tu móvil sea IP68. Son considerados daños accidentales, y la garantía no los contempla.
- Desgaste por uso: Con el tiempo, es normal que la batería pierda capacidad o que los botones se desgasten un poco. Eso no se considera un fallo, sino una consecuencia del uso diario.
- Reparaciones por tu cuenta: Abrir el móvil, cambiar la batería por tu cuenta o llevarlo a un técnico no autorizado suele anular la garantía, incluso si el fallo posterior no tiene relación directa con esa reparación.
- Uso indebido: Utilizar el móvil en condiciones extremas (mucho calor, mucha humedad) o instalar software no oficial puede hacer que pierdas el derecho a reclamar la garantía del mismo.
- Accesorios y consumibles: Auriculares, cargadores, cables, fundas… suelen tener una garantía más limitada independiente a la del móvil, si es que la tienen. Solo se cubren si llegan con defectos desde el principio.