Si hay algo de lo que todo ordenador no puede carecer es de un sistema operativo. Para la mayoría de los usuarios, Windows es la opción más clara, pero lo cierto es que hay un sector que se apoya en otro software. Y es que en una era donde parecía que el PC estaría dominado por una sola marca, fue Linus Torvalds el que dio al mundo una alternativa que sigue funcionando.
Por supuesto, hablamos de Linux. Para los que no lo conozcan, es más un Kernel que un sistema operativo en sí, ya que puede funcionar en una misma unidad de disco que esté ejecutando otro sistema operativo como es el caso de Windows. Pero vamos a echar un vistazo a la vida y obra de su creador y qué fue lo que le impulsó a crear esta solución tan importante para los amantes del código abierto.
Unos inicios ligados a la informática
La vida de Linus, que es finlandés de nacimiento, ha estado ligada siempre al mundo de los ordenadores. No precisamente por sus padres, que eran los dos periodistas, sino por uno de sus abuelos: Leo Törnqvist. Él era matemático y estadista en la Universidad de Helsinki y pidió a su nieto que le ayudara con su Commodore VIC-20.
Aquí fue donde aprendió a programar en BASIC y su interés por la informática creció hasta el punto de que en 1988 fue aceptado en la Universidad de Helsinki como alumno de Ciencias de la Computación donde conoció a quien sentaría las bases de su futuro. Hablamos del profesor Andrew S. Tanenbaum, conocido por ser el padre del sistema operativo Minix. Este sistema estaba pensado para el uso de ordenadores con fines educativos, pero Trovards tenía otros planes.
La creación de Linux
Llegados a este punto, hay que decir que Linus usaba un ordenador de IBM con procesador 80386 de Intel de 33 MHz y 4 MB de memoria RAM. En los 80 esto era una gran máquina que le costó nada menos que 3.500 dólares y lo utilizaba para acceder desde su casa a la Red de la universidad. El motivo: no le gustaba usar Minix.
Fue entonces cuando decidió usar sus conocimientos para crear su propio sistema operativo basado en lo que había aprendido. Con todo esto, sentó las bases de lo que a día de hoy se conoce como Linux, un sistema operativo de código abierto que se asienta sobre otro software y que es capaz de dar al usuario todas las herramientas de configuración y edición posibles para que con un poco de ingenio sea capaz de moldear el sistema que mejor se adapta a su tarea.
Esto fue en 1991, cuando decidió compartir su software a todo el mundo con el fin de buscar ayuda para mejorar lo que entonces se conocía como Freax. Si, este era el nombre de Linux al principio, cuando era un sistema operativo que estaba alojado en un servidor FTP que cualquiera podía descargar y modificar a placer con los conocimientos necesarios. El nombre se lo puso el propio Linus, quien pensó que sería buena idea juntar las palabras free, gratis en inglés, y Unix. Fue el Ari Lemmke, su amigo y dueño del servidor, el que cambió el nombre sin preguntar a su autor y así ha llegado a nuestros días.
El futuro y presente de Linux
Es cierto que en el mercado actual Linux no es una de las primeras opciones para los usuarios más tradicionales. Sin embargo, esto no significa que no goce de buena salud y todo gracias a que al ser de código abierto cuenta con una gran comunidad de usuarios que están dispuestos a crear nuevos módulos o distribuciones que ayuden a otros o modificar los que ya están escritos para mejorarlos.
Puede que con esto en mente pienses que puedes recibir un virus en cualquier momento y, aunque los hay, lo cierto es que es considerado por muchos como uno de los sistemas operativos más seguros que existen. Esto por no hablar de que es el elegido por muchos de los amantes de la programación a todos los niveles, por lo que su uso en la actualidad es más que frecuente e importante. Algunos nombres como Ubuntu o Redhat son algunas de las distribuciones más conocidas y gracias al desarrollo de los usuarios se han convertido en los medios más cómodos para trabajar con software libre.
