Una de las cosas de las que todo el mundo considera más de ciencia ficción más que de la propia ciencia es la edición genética. Resulta curioso como algo tan sumamente pequeño como los genes puede determinar el porvenir de una persona, como también lo es la capacidad para realizar cambios en la edición de estos elementos para hacer todo tipo de ajustes en el código más básico del ser humano. De hecho, es gracias a Jennifer Doudna a la que debemos este gran aporte.
Su aportación con la tecnología CRISPR ha puesto en el foco de la comunidad científica no solo un mundo de posibilidades, también la capacidad de realizar cambios genéticos pero también cómo deben ser estos para aplicar la tecnología de manera responsable.
Ella optó por la rama de las ciencias
Curiosamente hablamos de los grandes nombres de la ciencia y la tecnología moderna con personajes que han teniendo una infancia muy ligada a este mundo, pero la realidad de Doudna es muy diferente. De hecho su vida pasa por muchos viajes, ya que nace en 1964 en Washington y luego se muda con sus padres a Hawaii por temas de trabajo. Su padre era profesor universitario de literatura americana y su madre era profesora de historia, por lo que sus ambiciones podrían haber sido muy diferentes de haber seguido la rama de las letras.
De hecho, no fue así, y lo demostró volviendo de nuevo a Norteamérica para aprender de bioquímica, nada menos que en el Pomona College en Florida. Posteriormente, continúa sus estudios en Harvard donde además obtiene su doctorado en Química Biológica y Farmacología molecular.

Sin embargo, su vida podría haberse quedado dentro de la docencia, pero era algo que no tenía pensado hacer sobre todo porque formó parte de un programa de laboratorio en el que creó un sistema capaz de copiar plantillas ARN. Sin embargo, había muchas dificultades para obtener uniones con cristales e iones metálicos para la creación de una estructura tridimensional de un tipo de protozoo.
El descubrimiento de la edición genética
Probablemente, este haya sido uno de los aportes más importantes para el mundo de la genética que llegó de la mano de nuestra protagonista. En el año 2012, Doudna realizaron un descubrimiento de una proteína conocida como Cas9. Puede que esto no te suene a nada de lo que te hemos contado, pero lo cierto es que esta es solo una parte del sistema que forma parte del sistema inmune de la bacteria Streptococcus «CRISPR». Resulta que esta proteína es la que se encarga de una tarea tan importante como es el corte de las diferentes cadenas de ADN.

Desde entonces se ha esmerado constantemente en que la comunidad científica pueda aprovechar este sistema con el fin de realizar edición genética de manera responsable para evitar alteraciones genéticas que no se transmiten a la siguiente generación, pero no en la edición de genes de la línea germinal. De hecho, esta postura ética es muy importante para el desarrollo de estos sistemas y es lo que le dio en 2020 el Premio Nobel de Química en 2020 junto con su compañera Emmanuelle Charpentie.
Una parte importante para abordar la pandemia
Puede que todo este sistema de bacterias, edición genética y ARN no te suenen mucho, o tal vez sí en caso de que eches la vista atrás y nos remontemos a la época del COVID-19. Si bien es cierto que los científicos trabajaron a destajo para la elaboración de una cura, la realidad es que la aportación de Doudna fue clave en este sentido. Gracias a su gran aportación, el centro de Innovative Genomics Institute (IGI) pudieron procesar 1000 muestras de pacientes diarias hasta dar con los elementos necesarios para conocer mejor el problema al que se enfrentaba la humanidad por aquel entonces










