Ana María Lajusticia, la química que estudió el magnesio como complemento alimenticio

Buena alimentación y magnesio.

En el mundo de la investigación hay grandes nombres que se han tenido en cuenta por su gran aporte para el mundo de la medicina y la química. Lo cierto es que hay nombres de enfermedades que suenan más que otros e incluso proyectos en el campo de la física y la astronomía que acaparan toda la atención, mientras que otros aportes quedan un poco en segundo plano a pesar de lo importante es que son. Y con esta introducción tenemos que presentarte a una de las científicas más importantes de nuestro país y que sentó las bases del uso del magnesio como complemento nutricional que Ana María Lajusticia.

Pese a que muchos la conocerán por tener una amplia línea de productos que ayudan a complementar la nutrición, su aportación al mundo de la medicina ha sido importante sobre todo en el campo de la nutrición.

Méritos más allá de lo profesional

La vida de Lajusticia ha estado llena de muchos méritos, los cuales han estado marcados por su gran determinación, esfuerzo y también sacrificios. Su etapa más temprana la vivió en Bilbao desde que nació en 1924, donde tuvo una infancia muy feliz hasta la llegada de la Guerra Civil en 1936. No fue una época fácil, principalmente porque al año siguiente de empezar la guerra murió su padre y ella tuvo que tomar las riendas de su casa desde muy joven y asumiendo la presión de ser una buena estudiante para así, en 1941, trasladarse a Madrid para cursar el bachillerato.

Allí seguiría muchos años sobre todo porque entró en la Facultad de Químicas de la Complutense, donde acabó su carrera consolidándose como una de las pocas mujeres en ser licenciatura con méritos. En 1947, que fue cuando acabó ya obtuvo sus primeros trabajos como jefa de laboratorio. Sin embargo, su vida cambió drásticamente cuando en 1955 fue diagnosticada con diabetes tipo 2. Esto le hizo cambiar casi por completo su vida pero gracias a sus conocimientos fue capaz de encontrar e investigar qué era lo que le hacía tanto mal: su alimentación.

El magnesio y el colágeno como partes clave para mejorar la vida

Como decíamos antes, con 43 años ya recibió esta noticia que se auguraba difícil para la química. Sin embargo, supo poner en práctica y los conocimientos aprendidos en la carrera, además de la experiencia propia e investigo para encontrar una solución factible para intentar solucionar un problema que a día de hoy sigue siendo la preocupación de muchos.

Su caso era realmente especial, pero lo realmente interesante es que logró cambiar su situación y su pronóstico gracias a su interés por la investigación. A sus cincuenta años decidió seguir sus propias pautas y logró vencer el pronóstico tan malo que tenía por parte de los médicos. Su gran aportación fue cambiar drásticamente su dieta aportando alimentos ricos en vitamina C más proteína en los desayunos y reducir la elevada cantidad de hidratos de carbono que consumía.

Para todo esto añadió un elemento fundamental que es lo que la ha hecho famosa a día de hoy: el uso del magnesio como complemento nutricional.

Una visionaria que nos ha dejado con 100 años

Con el paso del tiempo, Ana María no solamente logró mejorar su situación, sino también la de otras personas que tenían dolencias similares. Tanto es así que quiso compartir sus hallazgos mucho más lejos de lo que son los libros y las clases conferencias y talleres que con el paso de los años ha dado. Sin duda ella ha sido la pionera en el campo de la nutrición y ha dado con la tecla para mejorar el día a día de muchas personas. El aporte del magnesio y el colágeno ha servido para complementar una alimentación sana y equilibrada, algo que tampoco descuidó hasta el final de sus días con nada menos que 100 años.

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