Todo el mundo tiene en mente que la NASA es uno de los organismos más importantes cuando se trata el campo de la innovación y la tecnología. Esto es en parte por su gran aportación al mundo de la aeronáutica, donde hace un trabajo espectacular más allá de la atmósfera que nos rodea. Sin embargo, eso no quita que tenga otros proyectos para todo lo que ocurre dentro de ella y uno de los más interesantes es el de Jetzero, un nuevo avión comercial que destaca por ser poco contaminante.
En un mundo en el que se premia cada vez más el respeto al medio ambiente es innegable que la empresa está tratando de que uno de los transportes más populares y rápidos del mundo sea también respetuoso con la emisión de gases de efecto invernadero que de otra manera lanzaría de manera casi indiscriminada en cada uno de sus trayectos.
Jetzero, más grande y menos contaminante
Son muchas las compañías del segmento de los comerciales que están trabajando duramente para ofrecer a todos los usuarios de un servicio lo último y mejor en comodidad y eficiencia energética. Por un lado, es importante que los pasajeros del transporte se sientan seguros dentro del habitáculo, pero también es importante que los motores de este funcionan a una potencia óptima evitando la contaminación lo máximo posible.
Esto lo tienen bien claro en la NASA, donde están trabajando con ahínco en disponer de una mejor flota de aviones comerciales que el día de mañana lleven a los pasajeros de todo el mundo de un sitio a otro del planeta, contaminando lo menos posible. Con esta precisión nace el avión conocido como Jetzero. Lo primero que llama la atención de este nuevo aparato es su forma que dista mucho de las típicas aeronaves que vemos en los aeropuertos.
Esta abandona la forma de un cilindro alargado con unas alas aproximadamente en la mitad de su forma y con una parte trasera donde alojar el timón con una aleta que sobresale hacia arriba. Seguramente esta sea la idea que tengas de un avión, pero el de la NASA tiene una forma que aun respetando la aerodinámica resulta en forma de lo más curioso por su aspecto pentagonal si no tenemos en cuenta las alas. El motivo de esta forma tan extraña tiene que ver con un nuevo sistema de fabricación llamado Blended Wing Body inspirado en los bombardeos B-2 que retrasa la posición de las alas un poco más atrás del cuerpo ancho del avión y que cuenta con sus motores en la parte trasera superior de este.
En su interior se estima que tendrá una capacidad para 200 a 250 pasajeros con un pasillo único, pero lo que más destaca de entre sus características es su consumo. La estimación de la NASA es bastante optimista al aclarar que el avión utilizará un 50% menos de combustible que los aviones que hemos surcar los cielos a día de hoy lo que influye directamente a la emisión de gases contaminantes en la misma proporción.
Un proyecto para el 2030
El avión comercial de la NASA está en un momento muy importante de su desarrollo. Y decimos esto porque la compañía está dispuesta a comprometerse con unos plazos bastante estrictos de cara al futuro. Todo apunta a que en el 2030 tendríamos esta nueva remesa de aviones disponibles para los vuelos en comerciales de gran parte del mundo, aunque eso también dependerá de las aerolíneas que estén dispuestas a pagar el precio por incluir estos aparatos a su flota.
De momento la compañía mantiene vivo el sueño de tenerlo listo más pronto que tarde en función a esta fecha y prueba de ello son las primeras pruebas de vuelo. Con esto no pienses que ya tienen un modelo construido por completo, sino que en primer lugar realizarán una prueba con un modelo escala 1/8 para comprobar cómo funciona su resistencia al viento y su aerodinámica con los materiales de carbono con los que pretenden montar el modelo final.
Con esto en mente no cabe duda de que el día de mañana podríamos disponer de nuevos aviones futuristas que sean mucho más respetuosos con el medio ambiente.