Las islas Canarias son para muchos un lugar paradisíaco. El buen tiempo es constante en cualquier época del año, aunque los veranos son realmente calurosos. Sin embargo, al tratarse de un conjunto de islas, es difícil obtener energía renovable que no lleguen del Sol o del viento, pero puede que pronto el mar se convierta en una fuente de energía nueva gracias a un nuevo proyecto.
Y es que una iniciativa de hace poco más de 140 años se ha desempolvado con el fin de obtener energía gracias a la temperatura del mar. Si, puede parecer que no tiene mucho sentido, pero te vamos a contar en qué consiste,
La diferencia de temperatura, la clave de la nueva energía
Muchas de las formas de obtener energía tiene como inicio el calentamiento de un objeto. Sin embargo, el procedimiento para obtener ese calor tiene como inicio una fusión, como es el caso de la energía nuclear o incluso a través de la recepción de la radiación solar en un panel solar. Sin embargo, muy pocos se esperarían obtener energía del mar por su temperatura.
Y es que demás de la energía mareomotriz puede que pronto tengamos en más sitios del mundo un sistema de Conversión de Energía Térmica Oceánica, también conocida como OTEC en sus siglas inglesas. Se trata de un sistema de obtención de energía limpia que se obtiene de la variación de la temperatura del mar.
Todo consta de un sistema que manda el agua con más temperatura (la de la superficie) a la más profunda con el fin de evaporar un líquido que entre rápidamente en estado de ebullición, como puede ser el amoniaco. Más tarde ese vapor se condensa con el agua del mar, volviendo a empezar el ciclo.
Un prototipo que puede ayudar a más islas
Un total de siete organizaciones europeas están detrás de este proyecto que, como curiosidad, es una de esas ideas que se han quedado en un cajón. Concretamente, este tipo de energía renovable vio la luz por primera vez en el año 1881, aunque no lo parezca, y es ahora con todos los avances tecnológicos que se va a poner en marcha.
Como decíamos, las Islas Canarias serán el campo de pruebas durante los próximos años y, si las pruebas con satisfactorias, no se descarta enviar este modelo a más islas del mundo que necesitan energía constante y limpia. Todavía es pronto para saber cuánta energía es capaz de dar este proyecto del que también se espera disponer de una versión modular que se pueda transportar y aporta la energía necesaria para abastecer al menos a la población más cercana durante horas y horas sin preocuparse de los cortes.
Y hablando de cortes, uno de los detalles más importantes de todos es que se trata de un aparato pensado para funcionar incluso si hay tormentas. Al menos así lo confirma el ingeniero principal del proyecto, Sam Johnston, cuando dice que el primer prototipo resiste “olas equivalentes a 20 m con nuestro procedimiento de conexión y desconexión en alta mar, lo que nos permitirá maximizar la vida útil y la disponibilidad de los activos incluso en regiones propensas a tormentas”
